Se ha terminado la elección presidencial en Venezuela? Al parecer no. El ganador auto proclamado, Nicolás Maduro, se comporta como alguien que sabe que perdió el 14 de abril - usando la violencia para acallar la demanda de la oposición para que se realice un recuento de los resultados.

Al recurrir a la violencia, el ignorante de Maduro ha firmado la sentencia de muerte para la legitimidad del chavismo.

En varios videos que le han dado la vuelta al mundo se puede apreciar a soldados y a chavistas matones persiguiendo, golpeando y disparando contra manifestantes desarmados el dia de las elecciones el mes pasado. Anoche, archivos de video de la Asamblea Nacional de Venezuela mostraron como opositores eran golpeados mientras protestaban por una ley mordaza impuesta por el presidente de la asamblea Diosdado Cabello.

Los análisis post-electorales han demostrado que incluso muchos de los que apoyaron a Hugo Chávez se encuentran entre la mayoría de los venezolanos que votaron por el cambio el mes pasado. Ahora esa mayoría no tiene más remedio que oponerse a el régimen cubano venezolano que no puede mantenerse en el poder y mucho menos gobernar-solo con el uso de la violencia contra el pueblo venezolano.

El líder opositor, Henrique Capriles Radonski, ha convocado hoy a los venezolanos a una protesta pacífica en Caracas. El régimen de Maduro ha convocado a sus seguidores a una manifestación para competir con la de la oposición. Líderes chavistas han amenazado con procesar a dirigentes de la oposición por incitar a la violencia y sembrar las semillas de una "guerra civil." Está claro que los líderes chavistas están buscando la violencia y la confrontación. Las manifestaciones del régimen se llevaran a cabo en un lugar distinto a la de la oposición, por lo que si los partidarios del gobierno quieren problemas serán ellos los que irán a incitar a la violencia.

Si hay violencia generalizada, hay que recordar que este régimen ha adquirido armamento valuado en $9 billones en armas rusas y ha distribuido miles de armas a las milicias. Es el movimiento chavista quien ha desplegado pistoleros en motocicleta usando el modelo de opresión iraní Basij, para atacar a manifestantes de la oposición. Maduro y sus titiriteros cubanos se engañan si piensan que pueden eludir la responsabilidad de agravar la situación.

La administración del presidente Obama sabiamente se ha negado a reconocer la victoria de Maduro, cuestionando el juicio apresurado por las autoridades electorales chavistas y su negativa a llevar a cabo un recuento exhaustivo de los votos después de una elección tan cerrada. En Latinoamérica, sólo Panamá y Paraguay han postergado su reconocimiento a la elección de Maduro. Al intensificarse la represión política, Obama y los otros líderes concluirán que hicieron lo correcto al cuestionar la legitimidad de Maduro.

Otros presidentes de la región que se apresuraron a validar la victoria Maduro deben estar viendo las imágenes violentas desde Caracas con gran preocupación. Si Maduro es el presidente electo legítimo, ¿por qué no está dispuesto a dialogar con la oposición en el Congreso? Otros presidentes de izquierda en la región - en Brasil, Argentina y El Salvador, por ejemplo, no recurren golpear a miembros de la oposición que buscan ejercer su derecho de expresarse en el Congreso. Si este tipo de violencia continúa y se extiende a las calles, sólo podemos esperar a que otros líderes democráticos rompan su silencio y repudien la tácticas violentas de Maduro.

Diosdado Cabello es quien está liderando la batalla en contra de la oposición y haciendo el trabajo sucio para Maduro y La Habana. Se pensaba que Cabello tenia la confianza de varios miembros de las Fuerzas Armadas que estaban en descontento con la manera en que los cubanos estaban injiriendo en la sucesión post-Chávez para garantizar el flujo de ayuda y de petróleo al régimen de Castro. Siguiendo las instrucciones de La Habana, Cabello esta liderando a los militares a una emboscada moral al poner a los soldados en una posición donde tendrían que asesinar a manifestantes pacíficos con tal de estar al servicio de un régimen extranjero y bajo las ordenes de un corrupto ilegítimo.

Cada patriota venezolano puede recordar la advertencia del libertador Simón Bolívar: " Maldito sea el soldado que vuelva las armas contra su pueblo."

No se puede esperar que un dictador cubano o un esbirro asesino pueda comprender los preceptos de un hombre conocido en toda América Latina como "El Libertador". Pero ningún venezolano puede olvidar esa solemne advertencia o perdonar a aquellos a quienes deshonren su legado.