El 20 aniversario de la voladura de la mutual judeo-argentina AMIA en 1994 en Buenos Aires, aún sin esclarecer, se conmemorará el viernes con cuatro actos de una comunidad dividida sobre la autoría del mayor atentado antisemita cometido en Latinoamérica, con 85 muertos y 300 heridos.
El acto oficial convocado por la dirigencia de la comunidad judía tendrá lugar como todos los años, a las 09H50 locales (12H50 GMT), la hora en que estalló la bomba el 18 de julio de 1994 en Once, tradicional barrio comercial judío de Buenos Aires.
Frente a la reconstruida sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), los oradores renovarán el reclamo de justicia y memoria así como las críticas al gobierno de Cristina Kirchner, dijo una fuente de la comunidad que pidió mantener el anonimato.
La dirigencia de la colectividad judía, que con 300.000 miembros es la mayor de América Latina, rechazó categóricamente un memorándum que el gobierno firmó en 2013 con Irán, al que Argentina acusa de haber sido el autor intelectual del ataque, lo que ese país rechaza.
Por el atentado, la justicia argentina imputó a ocho iraníes, entre ellos el exministro de Defensa Ahmad Vahidi, el expresidente Alí Rafsanjani (1989-1997) y el exconsejero cultural iraní en Argentina Moshen Rabbani.
Sin detenidos y con la causa estancada, Argentina impulsó la firma de un memorándum con Irán para acordar la formación de una comisión investigadora del hecho, integrada por expertos de otros países.
El convenio, que el gobierno defiende argumentando que es la única forma de avanzar en una causa judicial estancada desde 2006, autoriza al juez argentino a cargo de la causa a viajar a Teherán para interrogar a los exfuncionarios iraníes acusados por Buenos Aires.
El convenio que había sido aprobado por el Congreso argentino, con mayoría oficialista, fue frenado al ser declarado inconstitucional por una Cámara Federal.
Las organizaciones de familiares de las víctimas son críticas de la dirigencia judía, a la vez que están divididas entre sí.
“Una cosa es el dolor que es común para toda la comunidad. La tragedia nos unió y nos sigue uniendo. Pero dentro de la comunidad, hay todo tipos de visiones, de puntos de vista. Por supuesto que no son buenas las divisiones. Lo que hay que concluir es que hay un grado de intemperancia grande que no es bueno”, analizó el rabino Abraham Skorka, en diálogo con la AFP.
Según Skorka, amigo personal del papa Francisco, atribuyó las diferencias a “posiciones políticas” y admitió que además “se entremezclaron cuestiones políticas internas” de la comunidad.
El grupo Memoria Activa convocó a su acto frente a los Tribunales, por primera vez a la misma hora que el acto oficial, ya que acusan a la dirigencia judía de haber “ayudado a encubrir” el atentado.
La Asociación 18J, de su lado, respaldó el memorándum con Irán y convoca a un acto a las 13H00 (16H00 GMT) del viernes en la Plaza de Mayo, mientras que Apemia (Agrupación por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA), la más radicalizada, citó a un acto a las 18H00 (21H00 GMT) frente al Congreso.
Apemia reclama al Estado la apertura de los archivos para esclarecer el atentado, e impulsa la conformación de una comisión investigadora de la verdad, con notables y legisladores “para superar 20 años de impunidad”.
En 2004, una decena de policías acusados de dar apoyo logístico para perpetrar el atentado, resultaron absueltos en un juicio con irregularidades groseras que terminó con la exoneración del juez interviniente, Juan Galeano.
Otro acusado, el abogado Carlos Telleldín, un exinformante de la policía y vinculado a grupos de ultraderecha, fue también absuelto pero volverá al banquillo por homicidio agravado, según resolvió Ariel Lijo, el actual juez de la causa AMIA en mayo pasado.
Desde marzo de 2012, espera fecha un juicio contra el expresidente Carlos Menem (1989/99) acusado de “encubrimiento agravado” de la llamada “conexión local”.
A 20 años del atentado, si no hubo esclarecimiento “es porque no hubo una voluntad absoluta y férrea de todos aquéllos que deberían haber actuado”, estimó Skorka quien confía en que emerja la verdad: “No todo se puede borrar, siempre quedan huellas indelebles”, advirtió.