Amnistía Internacional ha instado a las autoridades cubanas a dejar de acosar a los familiares de un activista de derechos humanos que murió durante una huelga de hambre el año pasado.

Reina Luisa Tamayo, cuyo hijo, Orlando Zapata Tamayo, murió en una prisión de La Habana en febrero de 2010, ha relatado a Amnistía Internacional cómo fue detenida por agentes de seguridad del Estado que amenazaron con impedirles a ella y a otras personas conmemorar en una iglesia el aniversario de la muerte de Orlando, el 23 de febrero.

“El hecho de que, hasta el momento, las autoridades cubanas no hayan emprendido una investigación sobre la muerte de Orlando resulta indignante, y el que impidan a su familia honrar adecuadamente su memoria es un escándalo”, ha manifestado Javier Zúñiga, asesor especial de Amnistía Internacional.

Reina Luisa Tamayo, de 72 años, su esposo y otro activista, Daniel Mesa, fueron detenidos por la fuerza el viernes 18 de febrero por más de una docena de agentes de seguridad locales cuando paseaban por su pueblo en Banes, en el noroeste de Cuba. Reina Tamayo y su esposo fueron liberados 12 horas después, y Daniel Mesa, al cabo de dos días.

Reina Tamayo dijo que los agentes la habían amenazado con impedirle salir de su casa y acudir al cementerio en el que está enterrado su hijo; eso constituye una violación de los derechos humanos de esta mujer.

“Las recientes liberaciones en Cuba de activistas -que, para empezar, nunca debieron ser detenidos- sólo tendrán sentido si estos activistas, cuando estén todos en libertad, pueden llevar a cabo su trabajo legítimo de defensa de los derechos humanos sin temor a represalias”, ha manifestado Javier Zúñiga.

“El acoso sufrido por personas como los familiares de Orlando Tamayo demuestra claramente que las cosas siguen sin cambiar en Cuba y que las autoridades deben hacer mucho más para garantizar que los derechos humanos son una realidad para toda la población.”

Orlando Zapata Tamayo fue detenido en marzo de 2003 y condenado a tres años de prisión en mayo de 2004 por “desacato”, “desorden público” y “resistencia”.

Posteriormente fue juzgado varias veces por cargos adicionales de “desobediencia” y “desorden en cárceles” -la última vez en mayo de 2009 -, y en el momento de su muerte en prisión cumplía una pena de 36 años de cárcel.

Reina Tamayo ha manifestado su intención de vivir en el exilio en Estados Unidos junto con varios de sus familiares, y ha recibido de las autoridades estadounidenses todos los documentos necesarios.

El gobierno cubano aún no ha emitido los permisos requeridos.

Fuente:Amnistía Internacional