El 5 de agosto del 2011, la corresponsal del periódico nacional El Nuevo Diario en Jinotega, capital del departamento que lleva el mismo nombre (norte), Silvia González, denunció públicamente las repetidas amenazas de muerte en contra de ella y sus jóvenes hijos que ha recibido en su teléfono celular. Respaldada por la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) y el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), en una rueda de prensa la periodista dio cuenta del ambiente de terror que padece y de la imposibilidad de ejercer de manera normal su profesión.
Pese a que la policía detuvo recientemente en Jinotega a un individuo de 21 años de edad, señalado como el autor de las amenazas y como simpatizante del gobierno actual, Silvia González sigue preocupada por su seguridad y teme que la investigación no se haya llevado a cabo a profundidad.
“Le debemos nuestra solidaridad a Silvia González, en primer lugar por su condición de mujer periodista, corresponsal aislada y blanco de un peligro físico inmediato. Como tal, debe gozar de una verdadera protección. Por otra parte, el muy delicado tema que Silvia González trataba recientemente, tiende a darle crédito a sus afirmaciones de que no han sido exploradas todas las pistas en este caso. El ambiente que reina en vísperas de las elecciones generales del 6 de noviembre próximo pesa notablemente sobre el periódico El Nuevo Diario, cuya redacción ha sufrido amenazas similares tras hacer revelaciones sobre casos de corrupción ”, declaró Reporteros sin Fronteras.
Silvia González considera que las “advertencias” que ha recibido se deben a una serie de notas publicadas desde enero pasado sobre las actividades de Gabriel José Garmendia. Apodado “Yajob”, este ex comandante de los “Contras” -guerrilla constituida en los años 80 y armada por Estados Unidos contra el gobierno surgido de la Revolución Sandinista de 1979- había expresado su deseo de retomar las armas contra el actual gobierno de Daniel Ortega. Algunos de sus antiguos compañeros de armas, hoy ligados a partidos de oposición, atribuyen su asesinato, ocurrido en febrero de 2011 en condiciones aún no esclarecidas, a las fuerzas especiales del ejército. Estas afirmaciones fueron desmentidas rotundamente tanto por la institución militar como por las autoridades encargadas de la investigación.
El Nuevo Diario tuvo la precaución de publicar las dos versiones. Sin embargo, la familia del ex Contra acusó a la prensa de haber mostrado sólo la versión oficial y varios periodistas de diferentes medios de comunicación fueron agredidos de forma violenta durante los funerales de “Yajob”.
“Esta situación no es de buen augurio ahora que apenas está por iniciar la campaña electoral. Recomendamos a los directores de medios de comunicación, cualesquiera que sea su credo político, que se muestren responsables, evitando exponer a sus corresponsales y periodistas que actúan en el terreno”, agregó Reporteros sin Fronteras.
Fuente: Reporteros Sin Fronteras