Reporteros sin Fronteras condena las tentativas de intimidación y de censura que afectan a la “Minga Social Indígena y Popular”, movilización nacional de los pueblos indígenas de Colombia.
Al periodista comunitario del departamento de César (norte) y coordinador de la Minga, Daniel Maestre Villazón, le robaron el 21 de octubre de 2013 sus ordenadores portátiles y sus discos duros. El 17 de octubre de 2013 tres periodistas indígenas del departamento del Cauca (sudoeste) fueron agredidos violentamente por el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad). Asimismo, dos días antes apareció un panfleto de un grupo paramilitar autodenominado “Comando Urbano de los Rastrojos” en el que de nuevo se amenazaba de muerte a los líderes y comunicadores de las comunidades que participan en la Minga.
“Cada Minga se repiten las intimidaciones y los actos violencia contra las poblaciones indígenas y sus medios de comunicación, con una clara intención de censura. Esta situación recuerda, a mayor escala, la suerte cotidiana de numerosas redacciones comunitarias pequeñas, en particular de aquellas que se encuentran en las zonas de combate y que enfrentan una triple presión: la del ejército, la de los paramilitares y la de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). La sostenibilidad de los medios de comunicación comunitarios constituye a la vez un desafío de visibilidad y de información, pero también de seguridad para las poblaciones aisladas y en peligro constante. La Minga es un momento clave de debate público y de expresión de las libertades constitucionales. Por ello, los ataques dirigidos contra ella, cualesquiera que sea el motivo, deben ser sancionados”, declaró Reporteros sin Fronteras.
“La Minga es una movilización social en torno a las reivindicaciones centrales de los pueblos indígenas colombianos, en particular a la autonomía de los territorios”, subraya José Vicente Otero, portavoz del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC). “Es un evento de comunicación dirigido también al gobierno, con el fin de llegar a acuerdos de forma pacífica”.
A sus ojos, la agresión de los agentes del ESMAD contra los periodistas comunitarios Adolfo Conejo Sánchez, Dora Muñoz y Enrique Quintero muestra la tendencia persistente de las autoridades a considerar las manifestaciones indígenas como actos subversivos y a querer limitar su audiencia. “Nuestros periodistas realizan un trabajo muy importante para el movimiento indígena, pues no podemos contar con los medios de comunicación tradicionales. Por desgracia, existe un problema real de reconocimiento de los medios de comunicación comunitarios en Colombia. La falta de una acreditación oficial parece permitir a las fuerzas del orden agredir a los periodistas y quitarles su equipo con toda impunidad”, lamenta José Vicente Otero.
Les medios de comunicación comunitarios indígenas son considerados “objetivos militares” por grupos armados como el “Comando Urbano de los Rastrojos”. En la trinchera en la cobertura del tema de las tierras que las que se apropiaron los paramilitares durante el conflicto armado, estos se encuentran constantemente expuestos a esta amenaza. “No nos dejaremos intimidar”, asegura José Vicente Otero. “Continuaremos informando sobre la suerte de los pueblos indígenas durante y después de la Minga.”
Reporteros sin Fronteras renovó en 2013 la ayuda que ofrece a las radios comunitarias afiliadas al CRIC, financiando así la adquisición de material de grabación para los periodistas.