Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) reclutan a menores para compensar el cada vez mayor número de desertores entre sus filas, lo que conlleva un descenso de la edad media de reclutados hasta por debajo de los 12 años, un niño por familia, y una inscripción forzosa, según residentes locales corroborados por estudios del Gobierno.
Según un informe de la Iglesia católica, más de 500 menores de zonas rurales de Meta, Guaviare, Putumayo, Caquetá, Arauca y Vaupés fueron reclutados a la fuerza por las FARC en el último año. Y la situación se repite en Nariño y Cauca, donde las autoridades sostienen que "están haciendo un ejército de niños", según declaraciones realizadas al diario 'El Tiempo'.
El promedio de edad de reclutamiento era, hasta hace poco, de 12,9 años. Sin embargo, el director en Colombia de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACDH) Christian Salazar, constató en una visita reciente a Guaviare y Caquetá que la edad de reclutamiento de niños está descendiendo por debajo de los 12 años de edad.
"Estamos hablando de menores de 12 años y de una edad promedio de 11,8 años -dice-. La guerrilla llega a las comunidades y pide un hijo por familia, y por eso a finales del año pasado el reclutamiento fue una de las principales causas de desplazamiento porque los padres no quieren que se lleven a sus niños", indicó.
Los infantes son obligados a desempeñar labores de ubicación de tropas regulares, armar y desarmar pistolas y revólveres, montar guardia en campamentos y combatir contra el Ejército. El reclutamiento de niños no es nuevo, viene dándose en forma sistemática y masiva, pese a que es un crimen de guerra por el que las FARC podrían ser juzgadas por el Tribunal Penal Internacional (TPI).
Un reciente informe de la ONG Codhes confirma que "el reclutamiento forzado está cambiando la dinámica del conflicto y los desplazados ahora temen represalias por no entregar a sus hijos a la guerra". Además, según el informe Prisioneros combatientes (2008) de la Organización Internacional de las Migraciones, dirigido por la consultora Natalia Springer, "si antes la población desplazada era la que usualmente servía a los grupos armados porque le quitaban los niños para sus propósitos, ahora tenemos el efecto contrario: desplazados huyendo para evitar que se lleven a sus niños".
AUMENTO DE LA CIFRA DE COMBATIENTES
En 2006, las autoridades estimaban que entre 6.000 y 11.000 niños formaban parte de las fuerzas de algún grupo armado. Hoy, la cifra podría estar entre 14.000 y 17.000 menores, la mitad de los cuales estaría en las filas de las FARC, según un informe del Tribunal Internacional sobre la Infancia afectada por la Guerra y la Pobreza, publicado hace tres meses, en el cual Colombia figura en el quinto lugar de los países con mayor íncide de reclutamiento entre menores de 17 años.
"Uno de cada cuatro combatientes es un niño", según el fiscal Sergio Tapia. "Están utilizando niños hasta de seis años para trabajos de inteligencia, colocación de minas antipersona y transporte de explosivos". Tapia añade que esta cifra se dispara porque "los actores del conflicto armado mutan, se transforman en bandas criminales, se retroalimentan con alianzas y operan como carteles del narcotráfico".
Según ese Tribunal, el riesgo de reclutamiento de menores no solo es muy alto en el sur y este del país, también en Chocó, Antioquia, Córdoba, Santander, Cundinamarca y Valle, y en zonas deprimidas de los grandes núcleos urbanos. De acuerdo con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en 31 de los 32 departamentos hay reclutamiento forzado y que, de media, los niños permanecen más de dos años en las filas de los grupos ilegales.
En marzo pasado, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas documentó en un informe varios casos que ilustran la magnitud del problema. "En muchos casos, los grupos armados han torturado o matado a niños por haberse resistido al reclutamiento o por intentar escaparse", según el texto.
La mayoría de los menores terminan en sus filas por intimidación y en menor porcentaje para buscar sustento económico, pero de todas maneras el factor común es la pobreza, la falta de oportunidades. Así lo revela el informe Prisioneros combatientes: "Más del 50 por ciento de los entrevistados reportó no tener oportunidades de acceso a la tierra, estudio o dinero".
En este sentido, otro informe del Defensor del Pueblo sostiene que las precarias condiciones económicas y sociales -violencia doméstica, abusos, maltrato, violación, imposibilidad de empezar o seguir estudios-, y factores psicológicos -influencia de otros niños, propaganda- llevan a algunos menores a "reclutarse 'voluntariamente', entre comillas".
Así, hace dos semanas, en un largo combate entre la Brigada Móvil 7 del Ejército y las FARC en Picalojo, fallecían tres "guerrilleros" de entre 12 y 15 años. "Estamos viendo los resultados en los campos de batalla donde los soldados descubren entre las bajas muchos menores de edad", dice el general Jorge Ardila, jefe de Desarrollo Humano de las Fuerzas Militares.
A cuatro horas de Picalojo, en El Retorno, una madre de niños guerrilleros lamenta que hace tres meses las FARC le quitaron a su hijo de 12 años. El proceso fue paulatino. Una miliciana visitó varias veces la comunidad donde vivían, se reunía con los niños y fue haciendo amigos entre ellos.
"Les llevaba dulces, cartillas, almuerzos. Quería reclutarlos, les enseñaba que las FARC eran la mejor opción y muchos chiquitos pensaron que les estaban prometiendo el cielo y se fugaron con la guerrillera. Otros se los llevaron a la fuerza", explicó.
Decidió que lo mejor era salir de la zona con sus cuatro hijos pero no alcanzó a salvarlos a todos. "Vinieron a por el mayorcito. Cuando se iba me miraba como diciéndome: 'Mami, ¡ayúdame!'. No pude hacer nada y ahora rezo para que no me lo maten", lamentó, entre lágrimas.
Fuente: InterBusca.com