Los esfuerzos del presidente Evo Morales por consolidar reformas radicales con base en una nueva y controvertida Constitución han llevado a Bolivia a un callejón sin salida. El 8 de diciembre de 2007, sus partidarios en la Asamblea Constituyente (AC) aprobaron provisionalmente el texto haciendo caso omiso de los procedimientos y prácticamente excluyendo a los delegados de la oposición. Los débiles intentos que se han hecho para zanjar la brecha cada vez más profunda han fracasado, acentuando el potencial para una confrontación violenta que las dos partes parecen todavía querer evitar. Sin embargo, en un abierto desafío a Morales, en mayo de 2008 Santa Cruz aprobó masivamente el estatuto autonómico del departamento por referendo.
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