¿Quiénes son las vÃctimas del terrorismo?
La Asociación VÃctimas del Terrorismo se constituyó en 1981 para socorrer a los afectados más directos por esta barbarie, ante el abandono y marginación a que las relegaban tanto el Estado como muchos sectores de la sociedad española. Hoy suena increÃble que una sociedad y un Estado que se proclaman democráticos hayan podido despreciar a las vÃctimas directas del terror totalitario, y otorgar simétricamente un plus de crédito y prestigio a bandas de asesinos cuyo propósito declarado, nada oculto, consiste en destruir la democracia y la unidad de España. Sin embargo asà ha sido. Durante muchos años la Asociación de VÃctimas ha sufrido un talante oficial de sospecha, mirada desde determinados poderes públicos con abierto desagrado, y hasta privada de ayudas concedidas en cambio a asociaciones pintorescas, por no decir más.
El trabajo tenaz de la Asociación ha logrado ir cambiando tal estado de cosas. Ha impulsado medidas polÃticas, sociales y judiciales que han permitido mejorar la situación de las vÃctimas inmediatas, y con ello la calidad democrática de nuestra sociedad. Denunciando los crÃmenes ha conseguido diluir la demagogia que presentaba y aún presenta a los terroristas como luchadores por algún fin noble, mostrando su verdadera naturaleza de barbarie fanática y delincuente. Ha contribuido a probar, al compás de una larga experiencia, que las llamadas "soluciones polÃticas" eran en realidad soluciones mafiosas que no hacÃan otra cosa que legalizar el crimen y premiar a los criminales, a costa del estado de derecho y de la libertad y seguridad de los ciudadanos. Cuantos amamos la libertad tenemos una deuda contraÃda con esta Asociación.
Pero en la actualidad asistimos a un grave retroceso hacia el ambiente turbio que hizo necesario crear la Asociación. Desde diversos poderes y medios de masas los terroristas vuelven a ser presentados como interesados en la paz y en una causa polÃtica digna de reconocimiento; mientras, paralelamente, menudean las maniobras para dividir a las vÃctimas o negarles la condición de tales, o para desacreditarlas identificándolas con la "extrema derecha", o para culparlas indirectamente de la pervivencia del terrorismo por exigir la más elemental justicia y defender las libertades.
Por esta razón, y por la deuda que todos tenemos contraÃda con ellos, todos debemos movilizarnos y manifestar nuestro firme apoyo a esta Asociación, a la democracia y al Estado de derecho, y nuestro enérgico rechazo a todas las maniobras de supuesta pacificación a costa de la libertad y de la unidad de España. Porque la vÃctima del terrorismo, en definitiva, es toda la sociedad... con la excepción de los recogenueces: los Zapatero, Ibarreche, Carod y sus partidos. Las cosas están llegando demasiado lejos, y serÃa un error mantener las supercherÃas. O entre todos detenemos esta deriva o todo lo adelantado desde la Transición se hundirá, por obra de demagogos irresponsables, volviendo al paÃs a la inestabilidad, la involución democrática y propiciando con ello la violencia, so pretexto de conseguir lo que, con tÃpica perversión del lenguaje, llaman "la paz".