Guadalupe Llori shares the story of how she was imprisoned in Ecuador simply for disagreeing with the government.
Llori - an Amazonian woman and a member of the indigenous Quichua movement - had enthusiastically supported Rafael Correa in his campaign for president, as he promised to fight against social inequality and corruption.
But since his election in 2006, she has observed him transform Ecuador into an autocratic state.
Today, she says, there is no separation of powers and no rule of law in her country.
In November of 2007, Llori held the position of governor in the Ecuadorean province of Orellana.
Citizens of her province protested against the central government for failing to complete local development projects.
The government brutally cracked down on these protests and Llori spoke out in the national media against the crackdown.
For expressing these opinions, she was arrested days later in a massive 700-man armed military operation.
Her rights to due process were violated repeatedly for 11 months as she was imprisoned without any evidence against her.
She was finally freed because of the work of international human rights groups such as the Human Rights Foundation.
Llori has since been reelected as the governor of Orellana.
In her presentation, she urges the world to show more solidarity with prisoners of conscience across the globe, reminding us that tyrants can imprison our bodies, but never our thoughts.

Guadalupe Llori comparte la historia de cómo fue encarcelada en Ecuador simplemente por no estar de acuerdo con el gobierno.
Llori, mujer amazónica líder del movimiento indígena Quichua, apoyó a Rafael Correa en su campaña presidencial debido a las promesas de éste de luchar contra la desigualdad social y la corrupción.
Desafortunadamente, desde su elección en el año 2006, Llori dice haber tenido que contemplar como el presidente Correa convertía a Ecuador en un estado totalitario y centralista.
Hoy en día, señala Llori, no existe separación de poderes ni estado de derecho en el país.
En noviembre de 2007, Llori desempeñó el cargo de gobernadora en la provincia ecuatoriana de Orellana.
Ciudadanos de su provincia, bajo el liderazgo de Llori, se manifestaron en contra del gobierno central por incumplir con la finalización de unos proyectos locales de desarrollo.
El gobierno reprimió estas protestas de manera salvaje, y el presidente Correa comparó públicamente a Llori con una conocida delincuente ecuatoriana ("Mama Lucha").
Llori respondió públicamente diciendo que el presidente Correa era "una mala réplica" del presidente de Venezuela, y un "vulgar patán".
Debido a estas declaraciones, Llori fue encarcelada en diciembre de 2007 en una desproporcional operación militar con 700 hombres armados.
Sus derechos y garantías procesales fueron repetidamente violados durante los 11 meses en los que estuvo en prisión sin ningún tipo de pruebas en su contra.
Fue finalmente liberada gracias a la asistencia de distintas organizaciones internacionales de derechos humanos como The Human Rights Foundation.
Desde entonces, Llori ha sido reelegida como gobernadora de Orellana.
En su presentación, Llori exhorta al mundo entero a que muestre más solidaridad con los prisioneros de conciencia alrededor del mundo.
Llori nos recuerda que los tiranos pueden únicamente encarcelar nuestros cuerpos, pero nunca nuestras mentes.