Organización Latinoamericana para la Defensa de la Democracia
Una organización asociada a CIEMPRE (Centro de Investigación y Estudio de Medios Periodísticos y redes Electrónicas)
Una ONG dedicada a la defensa de la libertad y las instituciones democráticas en América Latina.

Newsletters
 
Buscar Archivos:          

Análisis e Investigación
Es tiempo de confrontar al eje Teherán-Caracas
Las sanciones de EE. UU. no pueden funcionar en tanto el comercio entre Venezuela y Teherán permanezca robusto

Por Roger Noriega

Publicado en: The Wall Street Journal - 20 de Abril de 2010

 

Ahmadinejad visitando una planta nuclear en Irán
Mientras los políticos de Washington luchan por crear sanciones eficaces contra Irán, parecieran ignorar completamente la floreciente relación de Mahmoud Ahmadinejad con Hugo Chávez de Venezuela. Esta alianza estratégica le proporciona al régimen iraní una fuente clandestina de uranio, le ayuda a evadir las restricciones en el comercio y las finanzas, y les da a los terroristas del Medio Oriente acceso a las armas del arsenal creciente del Sr. Chávez. Entonces, aunque el Occidente es capaz de implementar un plan de sanciones mordaz, la sociedad de Teherán con Caracas podría anularlo.

El Sr. Chávez es un enemigo autodeclarado de los Estados Unidos, que ha ayudado a grupos terroristas y regímenes radicales por más de una década. A pesar de que su apoyo a Irán no debería sorprender a nadie, no queda claro que EE. UU. está preparado para responder al eje Caracas-Teherán.

En septiembre de 2005, el Sr. Chávez indicó sus simpatías cuando Venezuela era el único miembro del consejo directivo de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) que votó en contra de sancionar a Irán por su programa ilegal de enriquecimiento de uranio. Cuatro años después, durante su octava visita a Irán, el Sr. Chávez llamó a ese país un "aliado estratégico". El 11 de septiembre de 2009, en una entrevista en el diario francés Le Figaro, le agradeció a Irán por ayudarle a Venezuela a desarrollar su propio programa nuclear. De hecho, ambos gobiernos formalizaron su colaboración "en el campo de la tecnología nuclear" en un acuerdo firmado en Caracas en noviembre de 2008. Y, en medio de una crisis fiscal aplastante, en diciembre pasado el Sr. Chávez ordenó a su tesoro canalizar otros $50 millones hacia un programa nuclear secreto, según un documento que me facilitó una fuente en Venezuela.

Aunque el Sr. Chávez ha denunciado los reportes de extracción de uranio como "mentiras" y parte de un "plan imperialista", la compañía canadiense de explotación de uranio U308 Corp ha documentado una fuente importante de uranio en la Cuenca del Roraima, que cabalga sobre la frontera entre Guyana y la provincia venezolana de Bolívar.

Iraníes u otras personas del Medio Oriente manejan una fábrica de tractores, una planta de cemento y una mina de oro en esta región. Dos de estas instalaciones tienen puertos privados en el Río Orinoco, que permiten un acceso irrestricto al Atlántico. Una de estas actividades, la fábrica de tractores VenIran, era el destinatario directo de los 22 contenedores interceptados por las autoridades de aduanas turcas en el puerto de Mersin en diciembre de 2008. Estos llevaban un "laboratorio explosivo" y químicos de nitrato y sulfito que se utilizan para fabricar explosivos.

Estas actividades industriales son sólo la punta del iceberg. Las empresas conjuntas y otros proyectos por un total de al menos $30 billones de dólares entre compañías de fachada de Irán y Venezuela se pueden utilizar para ocultar transacciones multimillonarias. Además, Irán ha creado varias instituciones financieras en Venezuela, que funcionan a través de bancos locales, para obtener acceso al sistema bancario internacional.

Debido a que Venezuela apenas puede atender su demanda interna de productos petrolíferos refinados, algunas personas han dudado que el Sr. Chávez pueda honrar su promesa de septiembre de 2009 de abastecer al régimen de Mahmoud Ahmadinejad con 20.000 barriles de gasolina diarios, a fin de suavizar el golpe de las sanciones previstas. Sin embargo, si la comunidad de inteligencia de EE. UU. está prestando atención, sabrá lo que el Sr. Chávez le dijo a su homólogo iraní en Caracas el pasado noviembre: Venezuela ya está comprando combustible en el mercado internacional para el envío planificado a Irán, según un informe secreto de la reunión que me proporcionaron fuentes venezolanas.

La relación con Irán también ha ayudado a estimular el apoyo venezolano a los radicales del Medio Oriente. El pasado noviembre, comandos de la marina israelí se apoderaron del barco de carga alemán Francop, el cual transportaba 36 contenedores marítimos que contenían 500 toneladas de proyectiles Katyusha, morteros, granadas y medio millón de rondas de municiones para armas pequeñas, que iba en camino a Siria, pero en última instancia con destino a Hezbollah en el Líbano. El embarque letal había salido del puerto venezolano de Guanta mientras el ministro de relaciones exteriores venezolano, Nicolás Maduro, estaba visitando Damasco para entregar un mensaje del Sr. Chávez a Bashar al-Assad.

Debido a que EE. UU. está determinado a ignorar lo que descarta como provocaciones insignificantes, Washington se ha negado a tomar cualquier acción eficaz contra el apoyo del Sr. Chávez a los terroristas colombianos y su complicidad en el tráfico de drogas. Quizás estos lazos con Irán logren hacer que el juego cambie.

Cualquier programa de sanciones serio debe tapar los huecos que han abierto las importantes relaciones comerciales y bancarias entre Irán y Venezuela. El apoyo de Teherán a las ambiciones nucleares del Sr. Chávez se debe someter a un riguroso examen de la IAEA. Los funcionarios venezolanos, la empresa petrolera estatal y otras instituciones financieras se deben investigar y sancionar por fomentar transacciones financieras ilegales. El apoyo de Chávez a grupos terroristas en las Américas y más allá se debe impugnar como una amenaza a la paz y un acto de agresión en virtud del Capítulo 7 de la Carta de las Naciones Unidas.

*El Sr. Noriega fue el embajador de EE. UU. ante la Organización de Estados Americanos desde 2001 hasta 2003 y secretario de estado adjunto desde 2003 a 2005. Es un profesor visitante en el American Enterprise Institute y el director ejecutivo de la empresa de promoción, Vision Americas LLC.

Cortesia de Revista de Medio Oriente
Extraído de la Sección Opinión del Periódico The Wall Street Journal del 9 de Abril de 2010 (Traducción de ReVista de Medio Oriente)

 
Envía esta PáginaEnvía esta Página
ImprimirImprimir
Aumentar TextoAumentar Texto
Decrecer TextoDecrecer Texto
Página AnteriorPágina Anterior
OpiniónOpinión
Also Available in English
Share
Hits: Este artículo ha sido visto 1968 veces.
Análisis e Investigación AnteriorAnálisis e Investigación Anterior |Siguiente Análisis e InvestigaciónSiguiente Análisis e Investigación
• Artículos Recientes

0 Comentarios de nuestros lectores Envía tu Comentario Envía tu Comentario

Envía tu Comentario
Todos los campos son obligatorios. Su dirección de correo no estará visible en el sitio.
 
Su Nombre:
Su dirección de Email:
Su Comentario:
Por favor ingrese el código de verificación:
Rating: