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Análisis e Investigación
Aldo Civico: "Los periodistas juegan un papel fundamental en la lucha contra la Inseguridad en América Latina
Entrevista con Aldo Civico, co-Director del Center for the Study of Genocide, Conflict Resolution and Human Rights en Rutgers University

Publicado en: Fondo España-PNUD - 24 de Noviembre de 2010

 

Aldo Civico analiza aquí las amenazas a la seguridad en América Latina, las respuestas que deberían dar los gobiernos, el papel de los medios, y las lecciones de su experiencia en la lucha contra la mafia en Palermo, Italia.

Aldo Civico es profesor de Antropología y co-Director del Center for the Study of Genocide, Conflict Resolution and Human Rights en la Rutgers University en Newark, Nueva Jersey. Sus áreas de investigación están relacionadas con: conflictos armados, resolución de conflictos, procesos de paz, insurgencia, terrorismo, desplazados, Derechos Humanos y violencia juvenil.

Tiene un Ph.D en Antropología de la Universidad de Colombia. Es Licenciado den Ciencia Política por la Universidad de Bologna, Italia. Es colaborador del The Huffington Post .

¿Cuáles cree usted que son las principales amenazas a la seguridad ciudadana en América Latina?

Acabo de regresar de Monterrey, en México, una ciudad que hizo de la ética calvinista del trabajo su identidad y un motivo de orgullo.

Hace unos años el narcotráfico ha empezado a penetrar, con la consecuente corrupción y violencia, esta realidad urbana. Y los ciudadanos están asombrados, preocupados y dolidos.

La manifestación de la violencia, y la consecuente percepción de inseguridad, puede ser un fenómeno reciente en Monterrey, pero si uno mira a la ciudad, ve en sus colinas barrios marginales y marginalizados, con alta densidad de población, con altos índices de criminalidad. Estos barrios no surgieron en los últimos años. Quiero decir que el fenómeno viene desde hace muchos años, y radica en una profunda desigualdad, en procesos de exclusión social, económica y política, a la vez que corrupción endémica y que son el reflejo de un entretejido entre mafiosos y políticos corruptos.

“Bandas locales y crimen transnacional producen hoy lo que algunos llaman una insurgencia global. Es la nueva cara de los conflictos sociales y armados que vamos a enfrentar en las próximas décadas”

Hoy observamos un fenómeno muy interesante. En el pasado, los conflictos sociales se expresaban sobre todo en el campo. Hoy, por el fenómeno de urbanización, los conflictos sociales son en general ubicados en nuestras ciudades. El 77 por ciento de la población en América Latina es población urbana. Así que hay bandas y violencia, que son frutos de realidades muy locales, que al mismo tiempo están conectadas con realidades transnacionales del crimen organizado.

Bandas locales y crimen transnacional producen hoy lo que algunos llaman una insurgencia global. Es la nueva cara de los conflictos sociales y armados que vamos a enfrentar en las próximas décadas. Los desafíos son: alta densidad urbana, redes transnacional del crimen, profunda desigualdad, y procesos de exclusión social, económica, política y cultural.

“En América Latina se ha impuesto un paradigma de la tolerancia cero que, si uno quiere verlo, no ha creado más bienestar, sino más violencia y más corrupción”

¿Cómo deberían responder los gobiernos?

Creando procesos de participación ciudadana. Digo más: dando un papel protagónico a las mujeres. Si uno va y observa lo que pasa en barrios marginales, que en el imaginario colectivo son muchas veces el reino de la violencia, uno ve que las mujeres son mediadores naturales, son constructoras de paz y de participación. La creatividad de estas lideres barriales y comunitarias es algo extraordinario, y que todavía no hemos logrado reconocer y visibilizar de manera oportuna.

En América Latina, los ejemplos más exitosos de buen gobierno, son los gobiernos expresión de movimientos de participación ciudadana donde las mujeres han tenido un papel protagónico.

Pienso a las ciudades de Medellín y de Bogotá, por ejemplo, que son los ejemplos que conozco más de cerca.

En América Latina se ha impuesto un paradigma de la tolerancia cero que, si uno quiere verlo, no ha creado más bienestar, sino más violencia y más corrupción. Muchas veces el Estado termina imitando la brutalidad de los grupos al margen de la ley que pretende de combatir. Hay una disminución de las libertades personales, y violación de los derechos civiles y humanos.

“Que la represión del crimen es necesaria y no suficiente, porque la mafia, a diferencia del crimen ordinario, es también un fenómeno cultural”

Quizás la tolerancia cero es todavía expresión de una cultura que en otras épocas ha justificado y perpetrado guerras sucias. La idea que la fortaleza esté radicada en la fuerza bruta y física es un paradigma de dominación masculina. Es otro motivo para empoderar a las mujeres y reconocer su papel.

No es suficiente ver si los índices de homicidios bajaron en un país. En sociedades autoritarias y en barrios dominados por las mafias, no hay casi crimen y homicidios. Hay que mirar si además de bajar los índices de homicidios, suben los indicadores de capital social. Si, en otras palabras, hay más democracia, más participación, más inclusividad.

Usted trabajó en Palermo, Italia, como asesor y portavoz durante los años noventas para el líder Leoluca Orlando, del movimiento social antimafia, quién ha sido dos voces Alcalde de Palermo. ¿Qué lecciones de su experiencia podrían ser útiles para América Latina?

Que la represión del crimen es necesaria y no suficiente, porque la mafia, a diferencia del crimen ordinario, es también un fenómeno cultural. Hay que generar otras prácticas sociales, económicas, y políticas. En otras palabras, además de perseguir a los corruptos y a los jefes de la mafia, hay que promover una cultural de la legalidad y de la participación ciudadana.

“Los medios de comunicación juegan un papel fundamental. En el papel de denuncia, los medios tienen una gran responsabilidad”

Las lecciones son fundamentalmente dos, y van mano en la mano. La primera es que la lucha a las mafias, y sobre todo sus lazos con la política, necesitan la denuncia. El deber de denunciar es un momento fundamental de esta lucha. Diría que es la pars destruens. Foucault, hablando del discurso sin miedo, hablaba de la verdad que tiene que ser pronunciada frente al poder, y del coraje que se necesita para pronunciar este discurso. Un discurso que tiene que nacer desde abajo hacia arriba.

Y segundo, hay que promover la participación ciudadana. Que los ciudadanos retomen la esfera pública. Que los ciudadanos puedan descubrir que no son solamente individuos sino ciudadanos. Transformarse en ciudadanos. Este papel de la sociedad civil, que con la maduración del proceso tiene que ingresar a la política y formar una nueva clase dirigente, es la pars construens. Los dos momentos son esenciales para crear una cultura de la legalidad que rechaza la cultura mafiosa.

“En toda América Latina hay ejemplos que son heroicos, de periodista que se dedican a la verdad, muchas veces incómoda, y hasta sacrifican su vida”

¿Cómo sugeriría usted involucrar a los comunicadores -no sólo periodistas- en un enfoque integral de la seguridad ciudadana en América Latina? ¿Cómo cree usted que los medios de comunicación Latinoamericanos podrían ayudar a mejorar la seguridad ciudadana en la región?

La creación de una cultural de la legalidad es la labor de una densa red de líderes positivos que surgen a todos los niveles. Son mujeres, jóvenes, maestros, obreros, curas, y, por supuesto, periodistas.

Para los dos momentos que acabo de describir, los medios de comunicación juegan un papel fundamental. En el papel de denuncia, los medios tienen una gran responsabilidad. En México, por ejemplo, me impresiona el proyecto periodístico de Reporte Indigo, un ejemplo de periodismo ético e investigativo.

En toda América Latina hay ejemplos que son heroicos, de periodista que se dedican a la verdad, muchas veces incómoda, y hasta sacrifican su vida. Muchos son amenazados. Pienso en Honduras, México, Guatemala y Colombia.

“En América Latina hay una generación de jóvenes periodistas que está muy comprometida con sus realidades y que está jugando un papel fundamental”

El otro papel importante es la de presentar situaciones económica y sociales a través de reportajes y historias de vida. En Latinoamérica hay una larga tradición de nuevo periodismo, que es una forma literaria que se ofrece a este papel. Para entender fenómenos como la violencia juvenil es muy útil conocer la historia de vida de miembros de bandas, además que puede ayudar a presentar otra cara de ciertos territorios, conocer el coraje cívico de líderes comunitarios, de mujeres, que a diario luchan en sus barrios.

Además está el campo de los medios sociales, que pueden jugar un papel estratégico importante en denunciar y en crear movimientos sociales. En América Latina hay una generación de jóvenes periodistas que está muy comprometida con sus realidades y que está jugando un papel fundamental en la creación de democracias más sólidas e inclusivas.

Fuente:Fondo España-PNUD

 
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