Organización Latinoamericana para la Defensa de la Democracia
Una organización asociada a CIEMPRE (Centro de Investigación y Estudio de Medios Periodísticos y redes Electrónicas)
Una ONG dedicada a la defensa de la libertad y las instituciones democráticas en América Latina.

Newsletters
 
Buscar Archivos:          

Análisis e Investigación
Democracia, capitalismo y populismo en Argentina

Por Julio César Crivelli

Publicado en: OffNews.info - 3 de Diciembre de 2010

 

I. Introducción

Los argentinos tenemos una pelea muy antigua con la democracia y con el capitalismo. Este trabajo aspira a describir esa discusión, esa pelea que tenemos los argentinos contra estas dos nociones, sin darnos cuenta de que democracia y capitalismo son los dos pilares de Occidente. Si queremos definir Occidente desde el punto de vista político, Occidente se define como Democracia Capitalista y Argentina lo que tiene que preguntarse es si pertenece o no a Occidente, porque la realidad es que desde el año '30 que tenemos una discusión muy fuerte con este asunto.

En Argentina rige el mito de que el capitalismo esta en contra de la democracia y que hay democracia cuando no hay capitalismo. Sin embargo, la mera constatación de la historia política de los últimos ciento cincuenta años, indica todo lo contrario, indica que las democracias representativas y republicanas solamente se desarrollan en ámbitos económicos capitalistas, y que el capitalismo como pleno ejercicio de la libertad posible en la economía, solamente se desarrolla en las democracias representativas y republicanas. Todos los demás experimentos han fracasado. Es decir que democracia y capitalismo son ideas co-implicantes y el mundo moderno no ha logrado construir una democracia representativa republicana sin capitalismo, ni un capitalismo sin democracia republicana y representativa.

Asimismo, intentaremos analizar en este trabajo cómo nos estamos aproximando los argentinos a la globalización.


II. Capitalismo y Democracia

i. Origen histórico común


El origen histórico del capitalismo y de la democracia moderna se puede encontrar en los siglos XVII y XVIII en Inglaterra y en Francia. Es importante aclarar que cuando hablamos de "democracia" en este análisis, lo hacemos en referencia a la democracia representativa y republicana que es la que existe en Occidente. Es abstracto discutir hoy sobre democracia directa.

Los pensadores de la democracia republicana y representativa y los pensadores del capitalismo son autores que dialogan unos con otros, que discuten unos con otros y que van configurando una sola forma de sociedad que es esta sociedad de Occidente que tiene como pilares a la democracia y al capitalismo.

¿Pero cómo nace esto? Nace durante el Humanismo y el Renacimiento, con una cosmovisión basada en la libertad como bien supremo, con un conjunto de ideas espontáneas que se agregan alrededor de la libertad como idea central y que después se van expresando en todas las actividades del hombre: en la metafísica, en la ciencia, en el arte, en la religión, en la política, en la sociedad.

Es un cambio diametral respecto de la Edad Media donde había un "cosmos del orden" donde lo prioritario no era la libertad sino el orden porque a través de él se podía atravesar el "valle de lágrimas" y llegar hasta la "felicidad eterna".
¿Cómo se representaba el orden como valor supremo en la sociedad y en la política de la Edad Media? Con una economía cuya propiedad era estática, donde las cosas valían por lo que eran no por lo que se podía hacer con ellas. Donde el gobierno era un gobierno que debía asegurar un marco de orden y paz para que se diera la justicia y eso era todo a lo que se podía aspirar en este mundo. La libertad era de poco interés antes de la Modernidad. El orden aseguraba una distribución justa y equitativa de los bienes, que eran los imprescindibles de una vida austera consagrada al espíritu a través del orden religioso, representado por la Iglesia.

Pero en la Edad Moderna aparece el cosmos moderno, "el cosmos de la libertad" que implica por supuesto la libertad de conciencia. Este cosmos de la libertad se expresa en todos los órdenes, se expresa en la ciencia, en la religión con la reforma luterana, en la política y en el orden moral en un marco de libertad y responsabilidad que implica en definitiva el autogobierno. La libertad científica provoca la tecnología y la expansión del comercio, el crecimiento económico y el capitalismo y la libertad moral como responsabilidad individual frente a Dios, que implica autogobernarse para autodirigirse que es la causa de la Democracia Republicana.

Las ideas de la libertad se generan en los albores de la modernidad y abarcan todos los caminos de la cultura. Pero es recién en el siglo XVII cuando John Locke (1632-1704) sienta las bases del liberalismo político. Locke toma de su predecesor Hobbes la idea del contrato y confirma la idea de que para el liberalismo el poder no viene ya de Dios, como era considerado en la Edad Media, sino que es otorgado en virtud de un contrato que realizan los hombres. Según este autor, los hombres que hacen este contrato son hombres libres y racionales que deciden fundar un poder limitado que nunca tendrá más atribuciones que aquellas que le hayan otorgado.

Para Locke, lo que fundamenta el paso de la sociedad natural a la sociedad política es que nadie puede tener poder sobre otro, si ése no se lo he dado previamente. La base del poder es el consentimiento de los futuros gobernados. ¿Y por que deciden unirse los hombres? Locke dice que lo hacen porque quieren abandonar una condición en la cual, si bien eran libres, estaban llenos de miedos y de peligros. Es decir que si bien el hombre es libre por naturaleza decide limitar su libertad voluntariamente al unirse en sociedad con el fin de preservar sus derechos preexistentes de vida, libertad y propiedad. Ser libre para Locke es estar sujeto a la ley y no a otro individuo. La ley rige sobre gobernantes y gobernados por igual. Lo que manda en un Estado es el derecho.

La libertad como centro del hombre de la modernidad, genera la revolución científica de Galileo y la aparición de la ciencia aplicada o tecnología. A su vez, la exploración y descubrimiento de América y del resto del mundo provocan una enorme expansión del comercio.

Ya en el siglo XVII la ciencia aplicada y el comercio mundial, que son las dos bases de la acumulación capitalista estaban en pleno desarrollo. A partir de la segunda mitad del siglo XVIII con el advenimiento de la Revolución Industrial y el progreso en la economía, los países comienzan a enriquecerse. Este fenómeno de prosperidad es sorprendente para el momento ya que lo habitual hasta entonces era el estancamiento.

Es en este contexto donde aparece Adam Smith (1723-1790) quien en su famosa obra se pregunta sobre el origen de "La riqueza de las naciones". En ella resalta Smith, entre otras cosas, el valor de la competencia, que debe ser entendida como cooperación debido a que alguien al competir con otro, le hace el enorme favor de obligarlo al esfuerzo, a la búsqueda de sus propios límites. En una sociedad competitiva, todos se estimulan recíprocamente. Cuando Smith se pregunta ¿qué esta pasando que las naciones se están enriqueciendo? Concluye que la fórmula es una mezcla de seguridad jurídica, libre comercio y competencia.

Hay otro hecho fundamental que ocurre durante este siglo y es la aparición del protestantismo. Es interesante ver el análisis que realiza Max Weber (1864-1920) al vincular el protestantismo con el desarrollo económico en su reconocido ensayo "La ética protestante y el espíritu del capitalismo". Para Weber el desarrollo económico empieza aquí con la fuerza de una religión y la energía que antes se empleaba en lo trascendente es a partir de este momento lo que empuja el progreso.

Coincidimos en lo profundo con el análisis de Weber. El capitalismo no es una manifestación más de la "dialéctica del amo y del esclavo" por medio de la cual las clases dominantes despojan y someten a los proletarios, acumulando sobrantes de valor mediante la "plusvalía" como afirma Marx. Es absurdo pensar que el salto enorme en la producción y en la productividad que se genera a partir del siglo XVIII dependa de pagar salarios subvaluados. Sobretodo si simultáneamente con dicho salto productivo coinciden entre otras cosas, la tecnología del vapor, los telares mecánicos y la expansión comercial enorme causada por los grandes descubrimientos geográficos.

Como lo hemos expresado más arriba, creemos que hacia fines de la Edad Media, se produce en Occidente un verdadero reemplazo de los valores supremos del Hombre. El nuevo valor que amanece en la cultura es la Libertad. El Orden, valor supremo hasta ese momento, queda relegado por la nueva cosmovisión que cambia de raíz la cultura existente. Occidente ha ingresado en la Modernidad. Este es un fenómeno espiritual, un cambio profundo, que abarca todas las actividades humanas y que en la sociedad implica el nacimiento de la democracia y del capitalismo. En este plano muy general, coincidimos con Weber en la existencia de un fenómeno espiritual fundante de la democracia y del capitalismo, y estamos separados del análisis marxista.

Entre los pensadores del liberalismo argentino Juan Bautista Alberdi es el gran exponente de esta corriente. Forma parte junto con Esteban Echeverría, José Mármol y Juan María Gutiérrez de la llamada "Generación del ?37" y es un ferviente defensor de las ideas de la "democracia liberal". Se reconoce como un gran admirador de las ideas liberales que ya estaban consagradas en Europa (especialmente del Norte) y en Estados Unidos por cuya razón su principal preocupación es la de fomentar la inmigración europea.

De la libertad dice Alberdi: "La libertad no es una mera idea, una linda abstracción más o menos adorable. Es el hecho más práctico y elemental de la vida humana. Es tan prosaica y necesaria como el pan. La libertad es la primera necesidad del hombre, porque consiste en el uso y gobierno de las facultades físicas y morales que ha recibido de la naturaleza para satisfacer las necesidades de la vida civilizada, que es la vida natural del hombre por excelencia (.) La libertad es el mejor de los gobiernos por una razón palpable y natural. Como nadie es más amigo de sí mismo que uno mismo, nadie es mejor juez ni mejor administrador de lo que le interesa a su propia existencia que uno mismo."

Con respecto a la relación entre la libertad y la riqueza Alberdi está muy influenciado por Locke y Smith al sostener: "Otra de las condiciones alimenticias de la libertad, es el desarrollo industrial. Sólo es libre el país que es rico, y sólo es rico el país que trabaja libremente."

Los argentinos entendimos muy bien a Alberdi durante el siglo XIX y eso nos permitió cumplir la hazaña de ser una de las sociedades más promisorias de Occidente. Pero a partir de 1930 fragmentamos a tal punto la idea de libertad, que cuando yo era joven creíamos que la libertad era "divisible".

Recuerdo que una vez tuve una conversación hace muchos años con un General norteamericano. Yo intentaba explicar como los argentinos a través de un gobierno Militar en el cual yo participaba queríamos reinstaurar la libertad de mercado. A lo que él me respondió: "mire, primero viene la libertad de conciencia, después viene la libertad política, después viene la libertad civil, y después viene la libertad económica, si usted no tiene un todo, usted nunca va a tener una libertad de mercado." El hombre desesperado trataba de explicarme que no se podía cortar un pedazo de la libertad y tenerla. Sin embargo, los Argentinos durante muchos años hemos pensado que si que se podía.


ii. Algunas definiciones


Hemos llegado a momentos de esbozar algunas definiciones. Tal como mencionamos anteriormente, dejaremos de lado el debate entre democracia republicana y representativa y democracia directa y nos referiremos a la primera. En relación al capitalismo, entendemos por tal un modo dinámico de intercambiar bienes y mercancías (comercio libre), basado en la ciencia y en la tecnología, que son las bases de la acumulación capitalista.

En el mundo, la noción de plusvalía acuñada por Marx como noción básica de acumulación de capital está prácticamente abandonada. Hoy todos los historiadores modernos, aún aquellos escritores de izquierda como Hobsbawm, entienden que el capital se ha acumulado sobre la base de la libertad científica que produce la creación tecnológica y el comercio libre, de manera tal que estos son los verdaderos factores de generación del capital. Quiere decir que en el capitalismo la propiedad ya no vale por lo que es, sino que vale por lo que tecnológicamente o comercialmente se puede hacer con ella. La propiedad feudal, por el contrario, es una propiedad estática sin amenazas.

En cambio, la propiedad capitalista es una propiedad permanentemente amenazada, pero no jurídicamente ya que nadie en el capitalismo puede quitar a otro aquello de lo que es dueño, sino que lo que puede pasar es que alguien desarrolle algo por lo cual aquella propiedad que yo tenía deje de valer o valga mucho menos. Esta es la tremenda amenaza del capitalismo, la amenaza de que el propietario está sujeto permanentemente a la evolución sistemática que debe llevar adelante para mantener su capital, evolución que puede ser tecnológica, puede ser comercial, puede ser industrial, puede ser de muchas índoles, pero si se queda quieto, lo mas probable es que pierda todo.

Todas estas ideas son ideas viejas, ideas que vamos recordando de cosas que hemos estudiado en la Universidad. Son conceptos que todos sabemos y son cosas también que vemos en el fragor de la historia. Sin embargo, en Argentina nos hemos confundido y hemos creído en muchas oportunidades que el capital equivale a monopolio, que el capitalismo esta en contra de la democracia, que una verdadera democracia se hace sin capitalismo, que una democracia se puede hacer con monopolios del Estado. Pero la realidad internacional demuestra que no es así y que solamente los argentinos nos venimos encaprichando hace 60 años en hacerlo de esa manera. No se puede.
Tan es así que democracia y capitalismo son complementarios que los verdaderos enemigos de la democracia y del capitalismo son siempre los mismos y tienen entre sí profunda vinculación. Veamos: El enemigo central de la democracia es la dictadura y el aliado central de la dictadura es el monopolio. En las dictaduras no existe ni la competencia, ni el mercado. Contrariamente, si hay economía de mercado y hay competencia y hay verdadero capitalismo es muy difícil que prospere una dictadura y en una verdadera democracia es imposible que prospere el monopolio.

Quiere decir entonces que tenemos un solo marco como cosmovisión moderna que es el marco de la libertad. Ese marco de libertad implica el desarrollo de la institución representativa y republicana como instrumento de autodeterminación y en definitiva de democracia. Asimismo la libertad implica también el desarrollo de la ciencia y de la técnica, que son los que generan los recursos y la libertad material que genera en último término el capitalismo.

El paradigma de Occidente es que no hay democracia sin capitalismo ni capitalismo sin democracia. Hay experiencias sociales que han tenido lugar durante el siglo XX como el marxismo o el nacional-socialismo pero todos ellos explícitamente despreciaban la democracia y consideraban que ésta era una excusa de la clase dominante para someter a los dominados y por supuesto estaban en contra del capitalismo. En el caso del marxismo por el capitalismo de estado y en el caso del nacional-socialismo por la regulación total de la economía a la que se aspiraba. De manera tal que no hay en la historia experiencias de "democracia no capitalista" o de "capitalismo no democrático".


III. Capitalismo y Democracia en Argentina


"Del tango a la cumbia, de Fangio a Maradona, de Borges a Carta Abierta y de la generación del '80 a la generación del '70". Esta es la trayectoria que hemos seguido y la verdad que no es culpa de algunos sino de todos porque tal decadencia sólo puede ser obra de todos. Todos, los partidos políticos, los empresarios, los trabajadores, los académicos, todos, hemos contribuido para llegar hasta acá.

Los expertos internacionales como la CEPAL, tienen la costumbre de presentar los datos nacionales de la distribución del ingreso dividido en quintiles y diferencian según la forma de apropiación de la riqueza entre las "sociedades 40:40:20" y las "sociedades 60:30:10". Las primeras son las que cuentan con una menor desigualdad ya que el 20% más rico recibe un 40% del ingreso total, el 40% siguiente un 40% y el 40% más pobre un 20%. Este es el caso de la mayoría de los países desarrollados. En las sociedades más desiguales el 20% más rico cuenta con el 60% del ingreso, el 40% siguiente con un 30% y al 40% más pobre tan sólo cuenta con un 10%.

En el caso de Argentina, ésta pertenecía hasta bien entrada la década del '80 a los países de la primera categoría, es decir 40:40:20. Hasta ese momento Argentina era el único país de América, fuera de Estados Unidos y Canadá, que entraba en la primera fórmula. Sin embargo entre 1980 y 1990 pasó a la segunda categoría de 60:30:10.

Argentina se incorpora al mundo en 1853, aunque los pensadores argentinos hayan comenzado un poco antes. La realidad es que en aquella época, no había demasiadas expectativas con respecto a nuestro país ya que los dos grandes países de América Latina eran Brasil y México. Ambos países contaban con Universidades desde el siglo XVII y poseían gente estudiosa, disciplina y cuadros administrativos, una vasta experiencia agrícola-ganadera, sabían producir, tenían minería, plantaciones y hasta una incipiente industria de ingenios.

En ese contexto, Argentina supo incorporarse al mundo basándose en tres ejes en los que fundó sus instituciones: la inmigración, la educación y la infraestructura. Con ello hizo un país que se integró al mundo con resultados absolutamente sorprendentes. Baste un ejemplo gráfico que a lo mejor vale más que muchas estadísticas: en la historia de Martín Fierro se narra un momento en que Martín Fierro y Cruz, perseguidos por la Justicia, abandonan la civilización y se internan en el desierto, derramando lágrimas por su destino.
Cuando posteriormente le preguntan a José Hernández a que desierto se refería, éste responde que Martín Fierro había cruzado la frontera de Azul. Es decir que allí comenzaba el desierto, lo que 20 años más tarde se convertiría en la Pampa Húmeda, una de las tres cuencas agropecuarias más importantes del mundo. Esta conversión del desierto en Pampa Húmeda es básicamente resultado de la acción de las instituciones de la democracia y del capitalismo incipiente en la Argentina.

Pero la situación en que nos encontramos hoy en el bicentenario después de 25 años de democracia es mucho peor de la que teníamos hace un cuarto de siglo. Pareciera que la democracia en la Argentina nos ha hecho más pobres, con más clientelismo y sometimiento. En el mundo y en Sudamérica, por el contrario, la democracia ha disminuido la pobreza y les ha brindado mayor autonomía y autodeterminación a los ciudadanos, es decir que es evidente que algo extraño nos pasa.

Una encuesta recientemente realizada por la consultora Knack arrojó los siguientes datos: mientras siete de cada diez argentinos creen que la democracia es "preferible a cualquier forma de gobierno", un 83% de los consultados está poco o nada satisfechos con el funcionamiento concreto de las instituciones democráticas en el país. Sólo un 16% dice estar bastante o muy satisfecho con sus beneficios, veinte puntos menos que el promedio latinoamericano.
Es muy frecuente hoy en día criticar la democracia y el capitalismo argentino de principio de siglo con valores del siglo presente. Lo mismo ocurre cuando se condena la invasión europea de América en el siglo XVI con valores del siglo XXI, lo cual es científicamente incorrecto. La democracia Argentina de principio de siglo o de fines del siglo XIX y el capitalismo agrario argentino de esa época estaban en la punta del desarrollo de América y en virtud de ello se produjeron los resultados formidables que tuvimos en ese entonces.

La realidad demuestra que el crecimiento era formidable y de acuerdo a las cifras citadas por Roberto Cortes Conde, el crecimiento de la economía entre 1880 y 1914 fue de una tasa promedio alrededor del 6% anual. Argentina creció mucho más en esa época que Alemania, que Italia y que Francia y creció también más del doble que Chile, México y Brasil. Y todo ello con una democracia y un capitalismo primitivos. Sin embargo, lo importante es que nos habíamos incorporado al mundo, habíamos entendido su lenguaje y sus necesidades. Hasta ese momento Brasil y México no lo habían comprendido. México se dedicó a la guerra, a pelearse entre ellos hasta bien entrado el siglo XX y Brasil recién en 1950 comienza su desarrollo económico.

¿Cuales fueron los motivos por los cuáles este crecimiento se interrumpió? Es muy difícil saberlo. Algunos sostienen que la decisión de permanecer neutrales en la guerra del '14 pudo haber sido una razón. Según otros Argentina fue neutral en la guerra del '14 por presión Británica. Otra explicación podría ser que Argentina se distrae cuando termina con la guerra del '14 la era del vapor, del riel y de la imprenta. Argentina se incorpora tarde a esa "sub-revolución" industrial que se inicia con la incorporación de los combustibles fósiles y del teléfono y de los medios eléctricos de comunicación. Sin embargo cuando Argentina ingresa en 1930 lo hace con una enorme vehemencia y se construyen 30.000 kilómetros de caminos, un record casi a nivel mundial. De manera tal que tampoco pareciera ser esa la razón.

Todos sabemos que 1930 es un año clave para Argentina y para el mundo. En 1929 se producen dos hechos importantísimos: la desilusión del capitalismo provocada por el crack de 1929 y la desilusión del comunismo entregado a la tiranía cruel se Stalin. La nueva estrella del pensamiento europeo es el nacional-socialismo. En ese entonces el conservadurismo argentino empieza suavemente a pasarse hacia el nacional-socialismo y a partir del año '30 Argentina cambia completamente la estructura de su política y de su economía.

En política, la dirigencia comienza a desconfiar de los políticos civiles. Se erige artificiosamente a la organización militar como un modelo de ejecutividad, eficiencia y patriotismo, se critica con burla y con sorna a Yrigoyen, y aprovechando sus debilidades reales se desprestigia a la política y al sistema democrático. Es "la hora de la espada" como diría Lugones. Comienza una reivindicación artificiosa de nuestros supuestos orígenes hispanos, y se construye a partir de Martín Fierro (rescatado) y de Don Segundo Sombra una mitología de sabiduría gauchesca tan vulgar como imaginaria.

Después del golpe de estado de 1930, reconocido por la Suprema Corte en virtud del "derecho de la revolución triunfante", se pone en vigencia el "fraude patriótico", un acto desembozado de hipocresía y desprecio por la democracia que implica la quiebra del principio republicano y la elección de autoridades queda en poder de elites en el mejor estilo nacional-socialista. A mediados de la década de 1930 la sociedad argentina en su conjunto desprecia la democracia representativa y republicana, confía ciegamente en sus militares y está madura para recibir al caudillo (Duce, Führer).
En economía también hay cambios fundamentales. Nace en esa época la teoría del "deterioro de los términos de intercambio", que tiene enorme predicamento en Argentina, a punto que Alberto Prebisch, un argentino, es uno de sus más importantes expositores internacionales. Según este pensamiento, los bienes industriales valen siempre más que los bienes agropecuarios o mineros, aunque ocupen la misma cantidad de trabajo. Por ello el bienestar se concentra en las sociedades industrialmente "desarrolladas," mientras que las sociedades que dependen de los recursos naturales, serán siempre pobres.

Por ello, de acuerdo a esta teoría, las sociedades deben convertirse en sociedades industriales, esto es "desarrollarse". Si las sociedades no lo hacen espontáneamente, deberá inducirlo el Estado, sea promoviéndolo aun en desmedro de actividades rentables "no industriales" o realizándolo directamente por su cuenta, con empresas de estado. Es más, la teoría define ciertas "actividades estratégicas" tales como transportes, comunicaciones, energía, minería, acero, que deben ser del Estado. Además el Estado debe regular los precios de la economía, de manera que el mercado debe existir "atenuado" o mejor aún no existir.

Argentina, de conformidad con estas ideas, se aleja, se aísla y se vuelve proteccionista. Aparecen las juntas reguladoras y las empresas de estado y posteriormente va a empezar a "combatir al capital" y esto no lo dice una marcha marxista sino que lo proclama una marcha peronista, lo cual revela las raíces anti-capitalistas del nacional-socialismo.

La falacia de la supuesta "teoría", no resiste el más mínimo análisis: la realidad es que las sociedades industriales son más ricas que las sociedades no industriales, porque tienen cultura, valores e instituciones mucho más desarrolladas. Lo cierto es que la industria es una consecuencia del desarrollo de la cultura y no a la inversa. La teoría de los "términos de intercambio" invierte los términos de los factores del desarrollo, poniendo el carro delante de los caballos.

En un artículo recientemente publicado en la versión digital del New York Times, un profesor de Harvard se pregunta qué le paso a la economía argentina durante el siglo XX. Allí sostiene que una combinación entre factores externos (dos guerras mundiales y La Gran Depresión) y el proteccionismo hicieron que el país se volviera hacia adentro. Asimismo, afirma que la política proteccionista del peronismo, su fuerte impulso a las empresas estatales y su importante regulación de la economía no fueron favorables al crecimiento de la economía argentina.

Continúa el artículo con una comparación entre Buenos Aires y Chicago y sostiene que mientras que la "Windy City" estaba casi completamente alfabetizada hacia 1900, en Buenos Aires más de la quinta parte de la población era analfabeta. En este sentido asegura que en 2000, a la Argentina le estaba yendo tan bien como se podría esperar en función de su nivel de educación en 1900. Concluye este autor que el éxito nacional a largo plazo se basa en el capital humano, tanto por la relación entre la educación y la tecnología como por la relación entre la educación y el buen funcionamiento de la democracia.

La clase dirigente argentina le temió al capitalismo porque implica someter a la propiedad a la dinámica del mercado y del avance tecnológico, y consecuente pérdida del lugar de dominio. El capitalismo es siempre una amenaza para la dirigencia, porque implica que la creación tecnológica o el comercio ejercitados con mayor capacidad por un competidor, nos pueden quitar el lugar de predominio que ocupamos con independencia de nuestros derechos de propiedad que seguirán intactos. Otro tanto puede decirse de la democracia republicana, que también implica someter las posiciones que se ocupan a la competencia.

Las razones por las cuales la dirigencia argentina fue seducida por la antidemocracia y el anticapitalismo, radican esencialmente en la incapacidad de tal dirigencia para evolucionar de acuerdo a la dinámica que la democracia capitalista de Occidente le imponía y el miedo consecuente con perder el control.

En efecto, la ley Sáenz Peña imponía la necesidad de formular una estrategia de país que contuviera a las clases medias y trabajadoras generadas por el plan de fundacional de 1853-1860.
Este plan que tuvo sus ejes en la inmigración, la educación y la infraestructura organizó y fundó Argentina, pero hecho esto hacía falta más. Había que dar un paso adelante y la dirigencia, que tuvo la grandeza de sancionar la ley Sáenz Peña, no sabía cómo contener a esa nueva Argentina que ella misma había generado. Y tenía un enorme temor de perder el control en manos de extremistas.

En la economía sucedía algo equivalente: el desarrollo capitalista de una Argentina agraria de altísima productividad, ya estaba logrado. La dirigencia con su capital debía dar un salto cultural, como lo hizo la dirigencia norteamericana, justo antes de la Guerra de Secesión y desarrollar los servicios financieros y los bancos, la actividad industrial, el comercio exportador, la explotación de los servicios públicos. En suma pasar del capitalismo agrario al pleno capitalismo.

Sin embargo, la dirigencia argentina no asumió el desafío y ya en 1920, todas esas actividades estaban en manos extranjeras. Esto disminuía la capacidad de la dirigencia argentina, que encontró en la estatización y en el dirigismo de la economía una manera de no enfrentar el desafío y de mantener el control. Los militares eran los hombres eficientes y organizados que podían afrontar desde el Estado los cometidos para los cuales el capitalismo argentino se sentía incapaz.

En Argentina, el desprecio por la democracia republicana y por el capitalismo, tiene su origen en las ideas de la década de 1930. Lamentablemente muchas de estas ideas siguen vigentes en nuestra sociedad hasta hoy.

La Victoria Aliada de las democracias capitalistas produce en Occidente la extinción de la política antidemocrática y anticapitalista. A partir de los años '50 en otras sociedades de América y Europa se renuncia al nacionalsocialismo y se vuelve al capitalismo y a la democracia republicana y representativa. Sin embargo Argentina a partir de año 1946 profundiza su dirigismo económico. Se estatizan todos los servicios y la producción básica y se dirigen todos los precios. Argentina entra en una estructura de economía estatista y dirigida.


En lo político, Argentina insiste en mantenerse en los "movimientos" ideológicamente indefinidos y propicios para el caudillo, en lugar de los partidos políticos. Esto no es un problema exclusivamente del peronismo, ya que luego de la Revolución del '55 continúa la economía dirigida en la Argentina y persisten los movimientos. Asimismo, los gobiernos militares también mantienen la economía dirigida aunque proclaman muchas veces volver a la economía capitalista pero como no se vuelve simultáneamente a la democracia republicana y representativa y ambos ejes esenciales no están presentes, es muy difícil que este capitalismo prospere en el marco de un sistema autoritario de gobierno, lo mismo que sucede ahora.
Argentina llega finalmente a la democracia pero no como resultado de una lucha heroica hacia ella sino como fruto de la derrota militar de Malvinas. Hay un gobierno que se siente fracasado y que cree que le tiene que entregar el poder a la sociedad. Y a pesar de que se hace la restauración de la democracia, de todos modos el modelo de economía dirigida no capitalista sigue presente. Por lo menos ahora con la democracia tenemos elecciones populares y en la época de Alfonsín teníamos además un gobierno republicano y representativo. Debe decirse que en ese eje habíamos avanzado mucho pero que en el otro nos quedamos igual.


IV. Argentina y la Globalización

Argentina llega a la globalización sin darse cuenta de que se cae el muro de Berlín. Creo que todavía en la Universidad de Buenos Aires nadie se dio cuenta de que el Muro de Berlín se cayó y que estamos en una economía globalizada. Enseñan temas que en ninguna parte del mundo se enseñan y que ya no tienen ningún valor ya que son todos pensadores que escribieron en otro mundo, en un mundo anterior, en el mundo de la Guerra Fría, que ya no existe más. De este modo Argentina permanece aislada mientras que en el mundo se da un cambio enorme. La caída del muro de Berlín, que todos simbolizamos como el inicio de la sociedad global tiene antecedentes, movimientos sísmicos que se van dando previamente y que cualquiera podía ver (salvo nosotros, los argentinos, encerrados en nuestra burbuja).

En 1960 en el Pentágono desarrollan una red que se llama ARPANET, que es una red inteligente de computadoras con el único propósito de defensa, de no tener concentrada información en un solo lugar. Hacia 1988 ya contaba con más de 60.000 servidores pero la disuelven porque ya no les es útil y se la transfieren a una fundación científica llamada National Science Foundation que posteriormente se hace mundial y es Internet. Esto ocurrió en 1989, simultáneamente con la caída del Muro. Es decir que el mundo va reaccionando y nosotros mientras tanto en Argentina seguimos aislados.
Argentina insiste con mantener una economía dirigida y proteccionista y políticamente insiste con los movimientos amorfos. Argentina no tiene ninguna noción de lo que esta pasando. También sucede lo mismo con el ingreso ingenuo a la globalización que se hace durante el menemismo. No fuimos cautelosos y nos entregamos. Llegamos con la convertibilidad y el tipo de cambio a una situación que a partir de 1994 se convirtió en populismo.

La realidad es que la convertibilidad, que fue un instrumento eficaz inicialmente para contener a un país hiper-inflacionario, a partir de los años '94-'95 se convierte en una especie de ídolo. Argentina pretende absorber con el mismo tipo de cambio todas las crisis que sufrió: la crisis Asiática, la crisis Rusa, etc. Se aumenta además exageradamente el gasto público para sostener una nueva re-reelección. De este modo nos apartamos nuevamente de la democracia representativa y republicana y del capitalismo ya que en definitiva hubo bastante monopolización de los servicios públicos y también una distorsión fundamental en la moneda.
Llegamos a la década de los '90 y la Argentina sigue creyendo en los movimientos y sin tener partidos políticos. Finalmente llega la crisis del 2000 y nuestro país se refugia en su conservadurismo, en lo que sabe hacer.

Rápidamente se restaura la "sociedad organizada" con su neo-dirigismo. Tuvimos una velocidad formidable para desarrollar todo nuestro anticapitalismo y todos nuestros sentimientos contrarios a la república representativa. La velocidad con que se hicieron las leyes, se estatizaron casi todos los servicios públicos, se congelaron las tarifas y subsidios fue fenomenal.

Hoy prácticamente todos los precios de la economía están dirigidos desde el Estado, o sea que, o están dirigidos de forma directa o a través de subsidios. Ingresamos rápidamente en una alianza con "los malos", con Venezuela, Bolivia y Ecuador y reflotamos los años '70. El mundo esta pensando en como salvar al capitalismo global y nosotros reflotamos los '70 donde todo el mundo se peleaba en plena guerra fría.

Finalmente, en una hazaña que no tiene parangón, nos dedicamos a destruir el único sector que se globalizó, el único sector de la Argentina que supo incorporarse al mundo globalizado, que es el campo. El sector agropecuario comienza a desarrollar un capitalismo de red, en el que los propietarios de la tierra se dan cuenta de la dinámica de la propiedad capitalista, que valen por el hacer y ese hacer es un hacer tecnológico. Imaginan las transacciones necesarias en el mercado de capitales, desarrollan los instrumentos jurídicos correspondientes para una industria de capital y tecnología intensivas hecha por millones de actores incorporados en una red jurídicamente reglada.

El dueño de 400 hectáreas se da cuenta de que ya no es dueño de casi nada, salvo que se incorpore tecnológicamente al capitalismo global y entonces empieza a funcionar en una red capitalista con una eficiencia formidable. Esto es muy parecido a lo que le sucede a la joven Argentina a partir de 1875 que le permite insertarse en el capitalismo del siglo XIX. Esta joven patria nacía en pleno gobierno de Rosas, mientras degollaban a Marcos Avellaneda y mientras alguien pensaba de que manera hacer trenes.

Es decir que las sociedades son capaces de estos milagros y Argentina también. Argentina tiene al campo que está pensando en este momento como insertarse en el capitalismo global. Es el sector más dinámico que tenemos y no solamente desde el punto de vista económico sino también desde el punto de vista ideológico ya que son los que mejor entendieron que es lo que pasa en el mundo. Sin embargo nosotros estamos intentando destruirlo y lamentablemente estamos teniendo bastante éxito.

Mientras tanto, ¿qué pasa en el mundo? El mundo se va globalizando cada vez más. Obama en el año 2008 hace el acto de campaña mas importante, ¿y dónde lo hace? frente al Muro de Berlín. No es fácil de comprender que un líder que quiere ganar las elecciones de Estados Unidos pronuncie un discurso frente a 200.000 personas que hablan alemán, sin embargo, eso fue lo que ocurrió en Septiembre de 2008.

No es cierta la afirmación de que hoy en el mundo la izquierda y la derecha ya no existen, lo que ocurre es que ambas son capitalistas. Nadie niega que el sistema capitalista sea un sistema que consagra la libertad para producir y para tener y la izquierda y la derecha se consagran como ideologías por encima de esto. Esto lo comprendieron los Alemanes más o menos en 1945 y a partir de ahí se ha difundido en todo el mundo.

Como sostenía Schumpeter, el capitalismo tiene crisis destructivas y es cierto que cada tanto tenemos una. Esto fue lo que ocurrió hace menos de un año. Pero es importante destacar ante este hecho, quienes son hoy los lideres capitalistas. Ellos son: Obama que es de izquierda, González, de izquierda, Alan García de izquierda, Lula de izquierda, Tabaré Vázquez de izquierda, y la coalición Chilena de izquierda. Son todos izquierdistas y capitalistas. Sin embargo, nosotros en Argentina seguimos pensando que la izquierda puede no ser capitalista y esto sin darnos cuenta que estamos frente a una tercera revolución industrial.

Como señalamos anteriormente, el capitalismo se renueva por la libertad científica que produce la ciencia aplicada, la tecnología y esto va generando distintas modalidades de producir y siempre que hay una modificación en el capital, ocurre otra en el modo de generar energía y simultáneamente en el modo de comunicarse. Estos son los dos ejes que producen saltos en el capitalismo y por eso citando a Jeremy Rifkin, hablamos de la primera revolución industrial que se produce con la incorporación del vapor, del riel y la imprenta. Hay una segunda revolución que tiene lugar después de la guerra del '14 con la utilización de los combustibles fósiles y con los medios eléctricos de comunicación como el teléfono, la televisión.

En la actualidad estamos asistiendo a la tercera revolución que se produce con internet y con la utilización de energías renovables. Esto último está siendo investigado profundamente en los Estados Unidos y en la Comunidad Europea dado que el mundo no puede seguir dependiendo de los países de Medio Oriente.

Por otra parte la contaminación global es un hecho científico real y comprobado y la inversión se dirige hacia una transformación de las energías de los combustibles fósiles que van a ser sustituidas por la energía renovable.

Como dijimos, la tercera revolución industrial ya está en marcha. Es un mundo de energías limpias, conectado por Internet. De manera tal que estamos siendo testigos de un cambio en el capitalismo global del cual hay un sólo sector de la economía Argentina que supo comprenderlo y ese es el campo.


V. Conclusión

En estos días ha sido promulgada la nueva ley de radiodifusión que parece redactada antes de Edison. Por ésta y otras razones creo profundamente que la clase dirigente Argentina tiene que reaccionar rápidamente a partir de los activos que tenemos. Ya lo decía Alberdi un siglo atrás: "Los que se abstienen de intervenir en la política de su país pierden el derecho de quejarse de que son despotizados. Porque son ellos mismos los que se dan el déspota del cual se quejan."

El primer activo que tenemos es el campo, que es el único sector que realmente puede producir para sacarnos de este pozo. Es momento de liberar al campo porque esa es la locomotora que pude tirar de todos nosotros. Debemos darnos cuenta que tenemos un atraso fenomenal en infraestructura, en todos los sectores. Hubo por cierto una recuperación parcial durante los '90 pero en la actualidad se ha producido en los últimos seis años un atraso enorme sobre todo en términos relativos.

Tomemos como ejemplo lo que ocurrió hace cuatro años cuando se cortó el puente Zárate Brazo Largo. El Comercio Bilateral estuvo interrumpido durante cuatro meses porque el puente se rompió y los camiones no podían pasar. Tenemos un sólo paso económico a Brasil para todo el comercio bilateral, lo cual es ridículo. Asimismo, cada vez que nieva tenemos problemas con Chile, quien es hoy uno de los mejores vendedores que existe para la cuenca del Pacífico. Lo cual quiere decir que si nosotros nos asociáramos con ellos, ellos podrían vender todo lo que nosotros producimos en la cuenca del Pacífico. Pero nosotros seguimos ensimismados en nuestros problemas, sin darnos cuenta que tenemos que trabajar seriamente para concordar todos estos proyectos en profundidad.

Argentina tiene que tener nuevos partidos políticos. El peronismo tiene que convertirse en el partido referente de la derecha pero no tiene que ser nunca más un movimiento sino que tiene que ser partido con reglas, con una plataforma y una ideología clara que todo el mundo la entienda. El peronismo puede ser un actor formidable dentro del desarrollo de la democracia republicana argentina si se propone ser un partido moderno y no un movimiento arcaico.
Los movimientos en los países desarrollados son vistos como cosas vergonzantes, porque implican los liderazgos sin sujeción a ideas, los caudillismos sin freno ni límite.

En nuestro país sin embargo persiste la idea nacional-socialista de los "movimientos" amorfos como el peronismo, que están al puro servicio de la toma del poder, sin sujetarse a proyecto alguno. Actualmente se habla de "espacios", un sofisma desafortunado que indica que la agrupación puede servir a cualquier idea sin garantía para nadie. Nadie quiere formar un partido, nadie quiere decir lo que va a hacer ni cual es el plan que tiene. ¿Por qué no dicen que son de centro derecha o de centro izquierda o sin son capitalistas o si están en contra del capitalismo?

Los países no se hacen grandes y ricos por el mérito de los dictadores que a nadie rinden cuentas. Se hacen grandes cuando sus líderes se someten a la ley y cuando le explican a la sociedad que es lo que piensan como proyecto.

Argentina tiene que hacer un esfuerzo enorme como hizo en otra oportunidad en 1853. Hemos vivido décadas de confusión igual que entonces y no hay ningún sector al que se le pueda echar todas las culpas. Todos somos responsables ya que de lo contrario no sufriríamos esta decadencia degradante. Y creo que para salir tenemos que hacerlo usando las formulas que son corrientes y comunes, copiándonos de los virtuosos.

De la encuesta realizada por la consultora Knack y citada más arriba surgen también tres tendencias:

. La Argentina es un país cíclico: cada cierto número de años, ocurre una crisis económica o política que obliga a "empezar de cero".
. La Argentina es un país sin proyecto: "un pueblo sin visión" compartida por todos que sintetice qué es lo quiere ser en el mediano y largo plazo, y más importante aún, cómo lograrlo.
. La Argentina es un país sin conducción estratégica: no existe un acuerdo entre las elites dirigentes que, reconociendo y respetando las diferencias, le dé continuidad al proyecto de país a través de gobiernos o situaciones económicas coyunturales.
Tengo esperanzas porque veo primero que en el campo se está produciendo un movimiento del cual va a ser muy difícil sacarlo. La comprensión del campo del capitalismo global es muy profunda, por más que le cobren impuestos desproporcionados y los fundan. Esta comprensión es un problema ideal porque algo que se lleva adentro es algo mucho más profundo. Si se funden cuatro o cinco chacareros se van a recomponer, se van a arreglar y este sistema de red capitalista va a volver a funcionar.

Hay esperanza porque la sociedad no va a seguir permitiendo vivir en una autocracia que no es ni representativa ni republicana. La sociedad esta sufriendo enormemente y no va a seguir tolerándolo y entonces es probable que el peronismo, que es una fuerza enorme, necesite realmente convertirse en un partido porque si sigue persistiendo en ser un movimiento la sociedad Argentina lo va a tener que dejar de lado porque no le garantiza ni la representatividad ni el sistema republicano. Así que hay que ser optimistas y esperar que realmente podamos reaccionar con la claridad que hace falta.

 
Envía esta PáginaEnvía esta Página
ImprimirImprimir
Aumentar TextoAumentar Texto
Decrecer TextoDecrecer Texto
Página AnteriorPágina Anterior
OpiniónOpinión
Share
Hits: Este artículo ha sido visto 3108 veces.
Análisis e Investigación AnteriorAnálisis e Investigación Anterior |Siguiente Análisis e InvestigaciónSiguiente Análisis e Investigación
• Artículos Recientes

1 Comentario de nuestros lectores Envía tu Comentario Envía tu Comentario
Mostrando Comentarios 1-5 of 15.
1 Domovilu
2010-12-06
03:47:29 hrs. PDT

Muy buen Post.
 

| Siguientes 5 ComentariosSiguientes 5 Comentarios

Página 1 2 3



Envía tu Comentario
Todos los campos son obligatorios. Su dirección de correo no estará visible en el sitio.
 
Su Nombre:
Su dirección de Email:
Su Comentario:
Por favor ingrese el código de verificación:
Rating: