El escándalo y las reacciones no se han hecho esperar después de las declaraciones de los aspirantes republicanos Rick Perry (gobernador de Texas ) y Mitt Romney (ex mandatario de Massachusetts), donde aseguraron que los grupos terroristas Hezbolá y Hamas operan activamente en México.
En síntesis Perry aseguró que “estamos viendo países empezando a entrar y a infiltrar (el continente) sabemos que Hamas y Hezbola están trabajando en México, así como Irán con un complot para entrar a Estados Unidos”.
Por su parte Romney dijo que “tenemos actualmente a Hezbollah, que está operando a lo largo de América Latina, en Venezuela, en México, a lo largo de Latinoamérica, lo que representa un muy importante e inminente riesgo para Estados Unidos”.
Y para rematar, el empresario Herman Cain, otro aspirante a la nominación, comentó que era ya un hecho probado que terroristas habían ingresado a Estados Unidos vía la frontera con México.
Al respecto el gobierno mexicano, en voz de la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, rechazó que en el país exista presencia de grupos islámicos radicales, como lo señalaron los republicanos aspirantes a la candidatura presidencial de Estados Unidos.
Para el análisis
Evidentemente estas declaraciones de los republicanos se dan en un contexto electoral y cuando tienen la necesidad de que los reflectores volteen a su favor. No por ello esto significa que deban ser desestimadas, en su totalidad, por burdas que parezcan.
Hablar de estos grupos del terror, Hezbolá y Hamas, no es algo nuevo en Latinoamérica y menos sobre su potencial vinculación con células delictivas -e incluso mafias incrustadas en la política- tanto de Venezuela como de México.
El interés de Venezuela de involucrarse en México no es nada nuevo, el caso más reciente (en el 2011), es el de la Familia Chiapaneca, asociación encabezada por Pablo Salazar Mendiguchía con vínculos claros con el gobierno de Hugo Chávez. Cabe recordar que durante el sexenio salazarista en Chiapas, entidad al sur de México que colinda con Guatemala, se favoreció la porosidad de la frontera mexicana.
Frontera sur, tema de seguridad nacional
Para nadie es un secreto que los servicios de inteligencia de los Estados Unidos hacen su tarea para intentar impedir que ingresen a su territorio miembros de células terroristas. Sin embargo, no es lo mismo detectar a un miembro de Hezbolá o Hamas en el aeropuerto (con toda la tecnología existente) que en una frontera, como la sur de México, donde la tarea resulta simplemente imposible. Es como buscar una aguja en un pajar.
En Chiapas, donde las autoridades locales han adquirido tecnología de punta (entre los cuales destaca equipo de rayos x -adquirido en los Estados Unidos-) se han logrado aseguramientos importantes de personas que intentaban internarse a territorio nacional -rumbo a la frontera norte- y que provenían de otros continentes.
Cualquier persona puede pasar caminando por la frontera sur de México. Ingresar por el Suchiate y después intentar cruzar el río Bravo. De ahí la importancia de que se elimine la visa a centroamericanos y se canjee (esa ineficaz medida burocrática) por un sistema de alta tecnología, que incluya datos biométricos, en la frontera sur. Se pondría, en otras palabras, un muro virtual para que los grupos criminales -incluyendo los terroristas que preocupan a los Estados Unidos- puedan internarse con tanta facilidad a territorio mexicano.
Una mayor cooperación, el reto
La próxima administración de los Estados Unidos, que seguramente será encabezada por Obama (quien aventaja por mucho en las encuestas para la reelección), deberá tomar el tema de la frontera sur y promover los esquemas de cooperación necesarios no sólo con México, sino con los países colindantes en Centroamérica, para evitar la posibilidad de que células de Hezbolá o Hamas se asienten en esta región continental -sino lo han hecho todavía, como afirman las autoridades-. Hay que reconocerlo, Obama y su gobierno, han trabajado en la materia y fueron quienes lograron asestar el mayor golpe al terrorismo internacional con el asesinato de Osama Bin Laden.
Valdría la pena preguntar a los legisladores mexicanos, pero también a los americanos, qué están haciendo en la materia y que harán en los próximos años. En ellos esta la gran responsabilidad de hacer leyes acordes a las necesidades actuales.
Pero el tema de reforzar la seguridad, con tecnología, en la frontera sur y eliminar la visa a centroamericanos, también es un tema de derechos humanos, pero que no sólo beneficiaría a los guatemaltecos, a los salvadoreños o hondureños, también traería beneficios a los mexicanos que viven en los Estados Unidos. ¿Por qué?, porque se eliminaría la nefasta tentación de criminalizar la migración mexicana en los Estados Unidos (en nuestra frontera norte) bajo la presunción de riesgo de internamiento en esa nación de células terroristas.
El islam no es sinónimo de terrorismo
Aclarando, por obvias razones, que el islam no es -necesariamente- sinónimo de terrorismo, aunque las células como Hezbolá y Hamas se escudan en sus creencias para regar sangre de gente inocente por doquier, sólo quiero compartir un texto que aparece en la página web http://www.islammexico.org.mx/. Cita textualmente: “El Islam en Mexico se fortalece cada día. El Islam en Latinoamérica crece, el Islam en Chiapas es una realidad sorprendente, el Islam indígena es tan extraño como natural”.
Yo no entiendo por qué causa tanta sorpresa que se hable de la posibilidad de que estos grupos terroristas pudieran tener actividades en México. Es claro que somos la puerta de acceso a los Estados Unidos. Valdría la pena que el tema no se ignorara, que se investigara y que se tomaran las acciones necesarias… es tema de seguridad nacional para ambos países.
Además, es fundamental que se estudie la vinculación de políticos mexicanos (como por ejemplo la familia chiapaneca Pablo Salazar, Aguilar Bodegas, entre otros) con grupos afines a Hezbolá y Hamas, muchos de ellos que tienen su centro de operación en Venezuela.
Para la reflexión, y más allá de lo que representa por sí mismo para los Estados Unidos, ¿qué pasaría con México, si el crimen organizado que hoy combate el gobierno federal -como no se había hecho jamás- se aliara con miembros de Hezbolá o Hamas?.
Para concluir sólo haría dos preguntas: 1) las afirmaciones realizadas por Perry y Mitt Romney son temerarias o cuentan con información clasificada o de alguna oficina de inteligencia que las avalen; 2) ¿te quedarás sentado esperando a que este fenómeno pueda crecer a magnitudes después incontrolables en México o Latinoamérica?... yo no, yo seguiré denunciando.