El triunfo electoral del presidente Hugo Chávez, quien obtuvo el domingo un nuevo mandato de seis años, es una mala noticia para la democracia en América Latina, en medio de pronósticos de que algunos de sus más cercanos aliados ahora estarán más dispuestos a profundizar el “Socialismo del Siglo XXI” en sus propios países.
Analistas dijeron que la Revolución Bolivariana pasó una importante prueba en los comicios del fin de semana, al derrotar lo que hasta ahora ha sido la más seria amenaza electoral presentada por la oposición.
El resultado brinda réditos políticos a sus más cercanos aliados en la región y constituye un gran alivio para el régimen de los hermanos Castro en Cuba, ya que remueve el riesgo de que Venezuela ponga fin a los envíos de petróleo subsidiado, que con un valor de más de $5,000 millones al año mantienen a flote la economía de la isla.
“El resultado de ayer no son buenas noticias para las democracia de America Latina, las democracias entendida no solamente por el acto de votar, sino como el balance de los poderes del Estado”, declaró Roberto Izurieta, director de Proyectos latinoamericanos para la Escuela de Post Grado de Gerencia Política (GSPM), de la Universidad George Washington.
“Va a reforzar lo que ha estado ocurriendo. Los líderes que están en la corriente política de él [Chávez] se sentirán entusiasmados, reanimados, motivados para continuar en está línea que son proyectos políticos que tienen serios cuestionamientos democráticos”, sostuvo.
Chávez, quien había anunciado previamente que de ganar los comicios terminaría por instaurar su revolución socialista, ha sido un campeón de la causa izquierdista a lo largo de América Latina, promoviendo la independencia de la región de lo que él llama el imperialismo estadounidense.
Su gobierno, que ya lleva 14 años en el poder, también se ha visto en vuelto en varios escándalos de ingerencia en las políticas internas de sus vecinos, con acusaciones de que financia en esos países potenciales líderes locales que posteriormente pueden llegar hasta la presidencia.
Una derrota de Chávez por parte del opositor Henrique Capriles en los comicios habría tenido repercusiones inmediatas a lo largo de América Latina, explicó Izurieta, quien dijo que “las consecuencias en la geopolítica de la región habrían sido enormes”.
Gillermo Lousteau, presidente del Interamerican Institute for Democracy, coincidió en que la reelección de Chávez es un acontecimiento “muy malo” para América Latina porque los gobiernos vinculados con el régimen bolivariano van tratar de explotarlo “como una ratificación para todos y cada uno de ellos”.
Los presidentes de Bolivia, Ecuador y Nicaragua le sacarían réditos políticos, pero más que ellos se beneficiaría la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner.
“Para el gobierno de la Argentina, esto le da un gran impulso”, dijo Lousteau. “La argentina está pasando un mala época de su gobierno con desaciertos permanente y esto para ellos es un buen aliciente. Al menos anímicamente, esto le va a dar al gobierno de Crisitina Kirshner un gran impulso. Acá el gobierno argentino está eufórico”.
Pero el más beneficiado es el régimen de los hermanos Castro.
“Esto les da una mayor tranquilidad porque si Capriles hubiera ganado, con toda seguridad hubiera revisado todos los convenios que tienen y por supuesto se hubieran caído mucho de los convenio que tienen con Cuba”, sostuvo.
Venezuela envía a La Habana cerca de 100,000 millones de barriles diarios de crudo a cambio de los servicios que prestan en el país petrolero cerca de 30,000 médicos y otros 15,000 asesores cubanos se encuentran en Venezuela en el marco de un acuerdo firmado a inicios de la década pasada.
Adicional del crudo, Cuba también se beneficia de otros emprendimientos conjuntos formados con el gobierno de Caracas, con algunas operaciones generando ciento de millones de dólares al año.
Luis Fleischman, profesor adjunto de Sociología y Ciencias Políticas del Wilkes Honor College de la Florida, dijo que la victoria de Chávez también significa la continuidad del respaldo que el gobierno bolivariano le ha prestado a los movimientos guerrilleros de la región, incluyendo las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
También podría ser un factor perjudicial para los países que intentan combatir el narcotráfico, en medio de las reiteradas acusaciones de que el negocio de la droga está en manos de algunos de los funcionarios de más alto rango dentro de las filas del chavismo.
“Va a haber desestabilización en America Latina desde el punto de vista de que van a haber más fuerzas subversivas o fuerzas guerrilleras, va a haber más deterioro del estado latinoamericano, por la permanencia o la prevalencia narcotraficante, y por otro lado va a haber una expansión revolucionaria donde la democracia se va a continuar deteriorando”, advirtió Fleischman.
“Si el narcotráfico se alimenta de la relación con Venezuela y es protegido por Venezuela, significa que el narcotráfico va a continuar destruyendo el Estado en todos los lugares que ellos van a estar”, sostuvo.
Esas son malas noticias para México, país que libra una intensa lucha contra las organizaciones narcotraficantes, cuyas acciones suelen ser muy nocivas para los regímenes democráticos no solo por sus actos de violencia, sino por la común práctica de sobornar policías y jueces y altos funcionarios del gobierno.
“El narcotráfico tiene una existencia autónoma. Pero el Chavismo, al ayudarlo, significa que el narcotráfico va a continuar haciendo estragos cancerosos por todo el resto de America Latina”, señaló.