La presencia de células islámicas extremistas en México como Hezbolla, Hamas y de otras agrupaciones palestinas, no son nuevas. Esos grupos no sólo estarían infiltrados en México sino en varios países de Sudamérica, de lo cual tienen reportes fehacientes las agencias de inteligencia y seguridad de Estados Unidos desde hace tiempo. Eso lo sabían George W. Bush y Vicente Fox pero les valió. A Obama no. De ahí el apuro y preocupación del nuevo presidente norteamericano.

En su momento el mandatario estadounidense tuvo información referente al peligro que significaba para la seguridad nacional del vecino país del norte la brutal penetración de los cárteles de la droga en México, cuyo poder real ha alcanzado territorio americano con la presencia allá de narcos mexicanos, además de tener nexos con otras mafias del continente para garantizar la compra-venta de armas y el trasiego de droga a Europa y Medio Oriente, además de la facilitación de transacciones para el lavado de dinero.

Lo último lo refiere de manera muy discreta un documento del Departamento de Defensa de Estados Unidos dado a conocer por la Fuerza de Tarea Conjunta del Comando Norte, que plantea dos serias amenazas para la soberanía y la seguridad de la Unión Americana, respecto de los cárteles de la droga que existen en México. Una es el poder real de los capos del crimen organizado que han puesto en jaque al gobierno mexicano y que ya operan en más de la mitad del continente incluido Estados Unidos, y otra es la peocupante presencia en México de grupos extremistas islámicos.

Aunque la refencia fue de manera muy somera refiriéndose con timidez a la existencia de una célula del grupo extremista islámico Hezbollah que opera en México, hay informes anteriores de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), de la Agencia Federal Antidrogas (DEA) y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y de otras instancias del Departamento de Seguridad Interna, y de Justicia de Estados Unidos, que señalan que en México y en otras naciones de Sudamérica, operan desde hace tiempo varias organizaciones insurrectas islámicas.

Esas son sin duda las causas del repentino y sorpresivo interés de Barack Oabama para ayudar al gobierno de México y cooperar en su lucha contra el narcotráfico decretada desde su llegada al poder por el presidente Felipe Calderón. Por eso el tono tan cuidadoso y suavecito de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, durante su breve visita a México, cuyo énfasis fue de mea culpa e incluso de piropos a la “valentía” del presidente Felipe Calderón por enfrentar al narco. Porque hay que establecer en México un Centro Binacional México-Estados Unidos.

El trasfondo parece claro. El asunto tiene serios visos de ir mucho más allá, porque estaría en juego la seguridad nacional estadounidense. Por eso hubo borrón y cuenta nueva y se olvidaron de pronto los dimes y diretes recientes sobre qué país tiene más carga de culpa en el tema del narcotráfico, en una guerra de declaraciones que en México estuvieron a cargo del propio presidente Felipe Calderón y por parte de Estados Unidos de diferente funcionarios del más alto nivel de inteligencia y seguridad, y que de pronto cesó.

Hace unos días The Washington Post refirió, basado en informes de inteligencia del gobierno de Estados Unidos, que hay evidencia de que en México existen células islámicas radicales que han ubicado grupos de Hezbollah en México. Se estima que su centro estratégico estaría operando desde hace tiempo al parecer en la capital del país. Reporte Indigo también da cuenta pormenorizada del asunto en su última edición de internet.

Pero eso no es nuevo. De acuerdo a otro reporte de inteligencia estadounidense -citado en junio del año pasado por la revista Proceso- no sólo Hezbollah y el grupo extremista islámico Hamas tienen socios narcotraficantes en México, sino del Frente para la Liberación Palestina, Organización para la Liberación de Palestina y al Frente Popular para la Liberación de Palestina, a quienes ofrecen armas y canales de distribución de droga en Europa y Medio Oriente. Señalaba el semanario en su edición 1652:

“Grupos como Hezbollah y Hamas han traficado en Europa y el Medio Oriente grandes cantidades de heroína y cocaína que les venden los narcotraficantes de México, Colombia, Perú, Bolivia y Brasil”. ”Estos grupos terroristas han establecido contratos multimillonarios para vender armas a los narcotraficantes mexicanos y colombianos”, las cuales son comercializadas por “proveedores criminales de Yemen, Kuwait, Siria, Argentina, Brasil y Bulgaria”.

Todo eso lo sabían Bush y Fox, pero les valió. Sin embargo a Obama sí parece preocuparle sobremanera como un asunto de seguridad nacional. Por eso le urge implementar sus planes llevando de bastión a México, pretextando ayuda y cooperación en la lucha contra el narcotráfico, incluso con un Centro Binacional inteligente y con tecnología de punta que podría estarse construyendo a paso veloz en el sur de la ciudad de México bajo la supervisión -dicen- de un muy conocido y controvertido ingeniero.

Fuente:http://www.pulsopolitico.com.mx/2009/03/30/hezbollah-y-hamas-en-mexico/