El presidente de Irán, Mahmud Ahmedinejad, dijo que programa nuclear de su país tiene un carácter pacífico durante una visita a Ecuador, la última parada de su gira latinoamericana, en la que recibió el apoyo de su mandatario, Rafael Correa.
"Todos saben de sobra que Irán no está buscando fabricar bombas atómicas", dijo Ahmedinejad junto con Correa en el Palacio Presidencial, que comenzó con más de tres horas de atraso.
El mandatario aseguró creer que esos armamentos "van contra la moralidad humana" y que el problema de las "potencias hegemónicas" con Irán "no es su programa nuclear", sino su progreso e independencia.
Estados Unidos y Europa sospechan que el programa nuclear persigue fines militares y para disuadir a Irán de que siga adelante tienen sobre la mesa nuevas sanciones.
"Ellos han decidido presionarnos más e insultan a nuestro país", dijo Ahmedinejad.
Correa se alineó con su invitado al resaltar que Irán siempre ha mantenido que su programa atómico es pacífico, y remarcó: "nosotros creemos al Gobierno de Irán".
El mandatario ecuatoriano puso en duda los informes del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) porque, a su juicio, se basan en información "de los servicios secretos de los países que siempre han tratado de aislar, de presionar a Irán", y pidió que se cambien los "métodos" de investigación de esa entidad.
"Irán puede contar con el total respaldo y apoyo de Ecuador para que se sepa la verdad", remarcó Correa.
En su último informe, emitido en noviembre pasado, el OIEA aseguró que dispone de información "creíble", recibida de varios servicios de inteligencia, que indican que Irán está desarrollando los trabajos necesarios para un arma nuclear.
El OIEA ha confirmado también que el país persa ha comenzado a enriquecer uranio con una pureza del 20 % en Fordo, una planta fortificada contra ataques aéreos.
Tanto Estados Unidos como Francia han indicado que no existe justificación para enriquecerlo a ese nivel para fines pacíficos.
Ahmedinejad evitó hoy responder a preguntas específicas sobre el programa nuclear, como durante el resto del viaje.
Con su estancia en Quito el presidente iraní concluye su quinta gira latinoamericana, que le llevó a Venezuela, Nicaragua y Cuba, países dirigidos como Ecuador por mandatarios de izquierda con posturas críticas con respecto a EE.UU.
Los empresarios ecuatorianos se quejaron de que la visita podría perjudicar al comercio de su país con Estados Unidos y Europa, sus principales mercados, pero en las calles de la capital todo lo que encontró Ahmedinejad fue apoyo.
Tanto a la entrada de la base aérea a la que llegó como en la Plaza de la Independencia, donde se ubica el Palacio Presidencial, le recibieron decenas de personas con pancartas con mensajes como "muerte al imperialismo, viva la revolución iraní".
José Falcone, miembro del oficialista Movimiento Alianza País, dijo haber acudido a la concentración para respaldar a Correa y al Gobierno de Irán "para que haga un convenio para que traiga fábricas acá al Ecuador, que no tenemos trabajo".
Pese a las grandes medidas de seguridad Ahmedinejad salió en un vehículo con el techo abierto desde el cual, de pie, llegó a apearse para estrechar manos, rodeado de guardaespaldas, mientras sobrevolaba un helicóptero militar.
Ahmedinejad, quien volverá mañana a Teherán, repitió su crítica al imperialismo y al capitalismo, un mensaje que ha trasmitido durante toda su gira.
"A partir de ahora América Latina no será más el patio trasero de Estados Unidos", afirmó el mandatario iraní, quien se quejó de que "la administración norteamericana hace más de seis décadas está en contra de nuestro país".
Ahmedinejad y Correa también analizaron los numerosos convenios agrícolas, tecnológicos, petroleros y de salud, entre otros, que están en vigencia entre ambos países, y que el propio canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, ha reconocido que requieren de maduración "para que tengan resultados".
"La relación con Irán obviamente goza de muy buena salud, pero falta mucho por hacer", dijo el mandatario ecuatoriano. EFE