La vida en reclusión no es fácil y mucho menos con celdas diseñadas para cuatro internos, pero que albergan hasta a 40 personas.
Un video muestra las condiciones de internamiento del Reclusorio Varonil Oriente, donde a la fecha subsisten casi 13 mil hombres acusados distintos delitos, y con espacio para no más de cuatro mil.
Los reclusos duermen de pie, no cuentan con agua potable y los baños son focos de infección.
Las imágenes muestran una cárcel con instalaciones viejas, insuficientes y antihigiénicas, así como hacinamiento que satura los servicios y afecta la convivencia y estadía.
El video fue captado hace cinco años, cuando los reclusos eran 34 mil 627, es decir muchas menos que las 41 mil 737 al 14 de diciembre de 2012 en los 10 penales de la ciudad.
Las celdas tenían menos población y, sin embargo, ya hacían recordar a los vagones del Metro en horas de alta demanda, pues los presos no pueden moverse sin tocar o molestar a alguien.
Las imágenes muestran hasta 18 internos en una celda, quienes se acomodan como pueden, incluso debajo de los camastros.
Ese año y en ese penal, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) descubrió una estancia con 70 personas que narraron que debían permanecer de pie toda la noche, al no haber espacio.
Como consecuencia, varios internos padecieron de trombosis en las piernas, por la falta de descanso, como lo constató el entonces presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Florentín Meléndez, en una visita sorpresa.
“Recorremos muchas cárceles.
Veníamos espantados de lo que vimos en Haití, pero lo que hemos observado acá en este centro no lo habíamos visto.
En aquel país hay 4 mil personas en una cárcel, aquí son 10 mil 400, muchos duermen de pie, amontonados, no es posible que la gente viva así”, dijo el 8 de agosto de 2007 en una declaración a este medio.
En ese entonces se decidió abrir las celdas atestadas en las noches, para permitir que esos hombres pudieran dormir en el pasillo.
Una situación similar persiste a la fecha, como lo observó la presidenta de la Comisión Especial de Reclusorios de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Olivia Garza de los Santos, quien en un recorrido en el Sur, descubrió una celda con 40 internos.
“Fui al Reclusorio Sur que no está tan mal como los otros.
Las condiciones en las que se encuentran es terrible, con insalubridad y violaciones a los derechos humanos, con un cogobierno, redes de corrupción e instalaciones para cuatro mil donde viven más de 12 mil”, dijo.
LOS “BATMAN”
La saturación de celdas, narró, no permiten que varios los internos duerman por las noches, o lo hagan amarrados, sujetos a cuerdas para evitar que se desvanezcan encima de sus compañeros.
Y es por esa forma de dormir, de pie, sujetos a las rejas, o en hamacas, que a esos reos se les llama “Los Batman” (murciélago).
En la zona de Observación y Clasificación del Reclusorio Oriente, José N, de 41 años, ayer domingo durmió con 30 hombres en la misma estancia, en el suelo, y con horror de que insectos le pasen por encima.
“Mi esposo me dice que nada más apagan la luz y salen muchas cucarachas que andan por todos lados, se les suben a la cuerpo, a la cabeza, les pasan a veces por la cara.
Me cuenta que hay unas muy grandes”, indicó Luz N, su pareja.
En las celdas, de unos seis metros de largo por cuatro de ancho, con cuatro planchas de cemento para dormir, se colocan camarotes de madera, empotrados en las zonas altas de la pared, y quien quiere uno debe costear su hechura.
Un médico de uno de los dos reclusorios más hacinados: Norte y Oriente explicó que la falta de descanso y el permanecer de pie durante toda la noche, generan problemas de trombosis, celulitis, edemas y pie de elefante.
Uno de los casos más severos que trató, fue el de un hombre de 45 años, hace una semana, con las piernas tan hinchadas que no podía caminar, al tener tres semanas sin poder acostarse en las noches.
“Cuando se está demasiado tiempo de pie se afecta el organismo.
Las piernas deben descansar y permitir que los líquidos, como la sangre, fluya, sino se edematiza, se generan coágulos y se retienen líquido.
Considero que es una tortura, porque cuando nos los traen ya no pueden caminar.
Aquí les damos un antiinflamatorio y se les retiene unos días en el servicio médico para que se recuperen, y luego se les manda a sus estancias donde vuelven a enfermarse”, señaló.
La diputada Olivia Garza indica que la falta de espacio para dormir, hace que varios internos lo hagan durante el día.
Personal penitenciario narró que para hacer más llevadera la falta de sueño, los hombres que no tienen dónde dormir, juntan dinero para rentar una televisión y un reproductor de discos compactos, para ver películas.
“CEBOLLITAS”
Otra forma en que los presos se las ingenian para dormir, es ganar espacio a través de una posición similar al popular juego de “Las Cebollitas”.
Sentados con las piernas abiertas, en el suelo, uno a uno se colocan, uniendo la espalda con el pecho del otro, y así, apilados, intentan descansar con el peso de alguien más encima.
Esa situación también fue conocida por la presidenta de la nueva comisión que busca dignificar y erradicar el maltrato y las irregularidades en los 10 penales capitalinos, que durante 20 años estuvieron en el abandono, dijo.
En la pasada administración se recuperaron espacios, cerca de 800, al convertir los comedores comunitarios de los reclusorios Norte y Oriente, en dormitorios.
Esta administración se inauguró un dormitorio para cerca de 600 internos en el Centro de Readaptación Social Varonil, y el módulo de máxima seguridad al interior del mismo, llamado El Diamante, para albergar a 830 peligrosos, pero a la fecha no hay ni 400 allí.
El video muestra sanitarios tan sucios que es imposible imaginar que alguien los use.
Acarrear agua potable a las celdas es una de las tareas de las que más se quejan los internos, pues cubetas y otros utensilios son llenados a través de una manguera conectada a una llave, lo que genera largas filas, roces y desencuentros.
Un penal tipo vecindad, con interminables tendederos de ropa en los patios, pasillos atestados de cubetas y tinacos para apartar agua, instalaciones sanitarias sucias e insuficientes, es el lugar en que se busca conseguir que más de 42 mil personas cambien su conducta para reinsertarlas en la sociedad.
DOLOR Y RESENTIMIENTO
La investigadora del sistema penitenciario en México, Elena Azaola, lamentó el maltrato que padecen las personas en internamiento, así como sus familias.
“Se necesita conciencia, sensibilidad y voluntad de las autoridades para hacerse cargo de todas las irregularidades que pasan en los penales capitalinos.
No es que no lo sepan sino que son poco sensibles a los derechos humanos, es una actitud poco práctica, pues su falta de interés en dignificarles la vida, regresa ese daño a la sociedad”, dijo.
Dijo que ese maltrato tiene múltiples afectos, pues al degradar, maltratar y humillar a esas personas, las afianza en el crimen e incitan a cometer más delitos por la manera en que se les extorsiona.
Sus familiares también pasan humillaciones, al tener que estar horas formados.
Luz, esposa de José, pasa una hora formada para poder entrar al reclusorio a ver a su esposo entre semana, pero sábado y domingo ha tenido que hacer fila hasta por hora y media.
“Es muy pesado, ya sea porque hace calor, porque el frío o porque está lloviendo.
Ni modo, todo es tremendo y hay que aguantarse, llegar con las bolsas bien pesadas porque le traigo comida, despensa y ropa para la semana”, narró.
Elena Azaola abundó en que lamentablemente muchas de las personas que van de visita, reproducen esa situación, y tienen más de un interno, pues en realidad el sistema no contiene la comisión de ilícitos, sino que se beneficia de ello.
La diputada Olivia Garza resaltó que tres de cada cuatro internos provienen de familias que ganan un salario mínimo al día, y quienes aun así se ven obligados a dar dádivas y entregar dinero autoridades penitenciarias, sobre todo celadores, para recibir beneficios o servicios.
“Desde que llegan a formarse horas, recibir malos tratos, revisiones molestas, sin tecnología y tener que repartir dinero aquí y allá para ver a sus internos, es un maltrato y abuso sistemáticos”, dijo.
CAMBIOS NECESARIOS
La asambleísta dijo que sería ideal que el jefe de gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, hiciera un recorrido por los penales para que tenga el pulso de lo que sucede en esos espacios.
Elena Azaola dijo tener confianza en que esta administración tendrá la sensibilidad de hacer cambios, pues “desgraciadamente Marcelo Ebrard no hizo nada, todo continuó igual, porque son temas no populares, que no dejan votos”.
La segunda Visitadora de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Rosalinda Salinas Durán, consideró que el Sistema Penitenciario requiere de tres ejes, para dignificar la vida al interior y evitar la corrupción: desgravar el delito de robo, evitar que en las cárceles se maneje dinero en efectivo y fortalecer el número de jueces de ejecución para otorgar prelibertades.
Abundó que si no se aplican los tres ejes mencionados, será difícil que la situación de los internos cambien.