Los Ejércitos de México y Guatemala iniciaron a mediados de febrero pasado operativos conjuntos en su frontera común con el fin de combatir el crimen organizado y el narcotráfico.

Según informaciones periodísticas de ambas naciones, se busca inhibir al crimen organizado, que utiliza los “puntos ciegos” para el trasiego de armas, drogas, viajeros indocumentados, mercadería, gasolina, entre otros. Esto lo dio a conocer, el comandante de las Fuerza de Tarea de Occidente del Departamento de San Marcos, Guatemala, el coronel Bayron Quiñones.

A su vez, el procurador General de Justicia de Guatemala, Raciel López Salazar, informó que en acuerdo con el Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI por sus siglas en inglés), con sede en Guatemala y El Salvador, se dará un intercambio de información, donde sobresale una base de datos de huellas dactilares y fichas técnicas de los integrantes de pandillas detenidos y procesados en Chiapas, México.

Esto con la finalidad de descartar que cuenten con algún mandamiento judicial vigente en países de Centroamérica. Además, señalaron la prioridad de llevar a cabo el rastreo de armas de fuego que han sido aseguradas en estas zonas para conocer su verdadero origen y destino.

En preparación para esta cooperación, Guatemala abrió desde el año anterior dos bases militares en su frontera con México y una más en el Caribe guatemalteco, por un monto de inversión de US$50 millones.

Las bases son parte de una estrategia para combatir a mafias mexicanas y colombianas del narcotráfico y reforzar la lucha contra redes paralelas que controlan el tráfico de personas y el contrabando generalizado de mercancías, según se informó.

El Ministerio de Defensa de Guatemala presupuestó 50 millones de dólares para las tres bases, que estarán en los departamentos de Izabal, en el Caribe, San Marcos y El Petén (ambos en frontera con México) y tendrán unidades policiales, migratorias y aduanales.

San Marcos y el norteño departamento de El Petén, limítrofes con los estados mexicanos de Campeche y Tabasco y cercano a Quintana Roo, son pasadizos del contrabando de personas y de drogas, armas, maderas y combustibles, entre otros bienes.

El caribeño Izabal, al nororiente del territorio guatemalteco, es considerado por fuentes policiales como el portillo del narcotráfico y de otras formas de contrabando en Centroamérica y es clave por su cercanía con Honduras.