Parte de la vivienda del periodista Edvan Ríos Chanca, ubicada en Huancayo, en la región de Junín (centro), fue destrozada por una bomba artesanal la madrugada del 10 de diciembre de 2013. Los cuatro habitantes de la casa, entre ellos un niño, están conmocionados, pero afortunadamente se encuentran sanos y salvos, según informaron varios medios de comunicación regionales y el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), organización de defensa de la libertad de expresión y de información.
“Reporteros sin Fronteras condena este atentado y pide que se sepa toda la verdad sobre su origen y quiénes fueron sus autores. Algunos diarios señalaron que la policía seguiría la pista de que se trata de un ajuste de cuentas por asuntos privados. Pedimos a las autoridades que consideren que el crimen pudo estar relacionado con la profesión de Edvan Ríos Chanca, teniendo en cuenta los delicados temas que abordaba”, señaló la organización.
Edvan Ríos Chanca colabora actualmente con el semanario Hildebrandt en sus Trece. Hasta hace poco trabajaba para el diario Correo de Huancayo, en el que con frecuencia informó sobre actos de corrupción cometidos por el gobierno regional.
Un tema tan candente puede exponer a un periodista a graves represalias, incluso puede costarle la vida en un país donde el nivel de violencia y de impunidad sigue siendo elevado. Los ataques a la libertad de informar en ocasiones son cometidos por políticos locales y sus secuaces. El ambiente también se ha deteriorado por los numerosos abusos de procesos judiciales emprendidos contra periodistas, mientras que aún se espera que se despenalicen los delitos de prensa.