Three Americans (front row) rescued from the FARC stand with members of the U.S. Army.

Washington -- El grupo terrorista colombiano conocido como FARC que ha existido durante largo tiempo ya no es una amenaza a la democracia en ese país, pero todavía tiene la capacidad de perpetrar actos violentos contra el pueblo colombiano, dijeron a America.gov varios especialistas en temas de América Latina.

Stephen Donehoo, director gerente de McLarty Associates, un grupo consultor con sede en Washington, dijo que para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) cada vez les “más y más difícil operar, financiarse y reclutar a nuevos miembros”.

“La vida para los actuales miembros de las FARC se ha hecho menos y menos divertida. Por ello tienen más deserciones y más gente muerta y herida en combate, y más gente capturada”, dijo Donehoo, exfuncionario de inteligencia militar de Estados Unidos, especializado en América Latina.

Las FARC han sufrido “algunos golpes tremendos durante los dos años transcurridos”, y las fuerzas armadas, la policía y los servicios de inteligencia de Colombia “están muchísimo más capacitadas que hace diez años”.

En el mes de julio las FARC sufrieron lo que los analistas consideran como un grave tropiezo, cuando el ejército colombiano utilizó una argucia muy elaborada para rescatar a 15 rehenes, entre ellos tres estadounidenses, que estaban cautivos por las FARC.(Ver "Estados Unidos complacido por la exitosa misión de rescate colombiana" )

Donehoo dijo que las fuerzas colombianas han desarrollado “una variedad de operativos militares muy astutos” contra las FARC “que han tenido éxito”. Tales operaciones, agregó, han acabado por “desmoralizar” al grupo terrorista “dado que las FARC son abochornadas públicamente por el hecho de haber sido burladas”.

El Plan Colombia, que tiene respaldo de Estados Unidos, anotó Donehoo, ha aportado a las fuerzas colombianas equipos y un entrenamiento vigoroso que les ha permitido a los colombianos “adquirir mucha más experiencia y confianza en sí mismos. Ellos están capacitados y actúan con mucha más rapidez y efectividad contra las FARC”, lo que significa que las FARC “son golpeadas con más frecuencia”, y por tanto “son sorprendidas con más frecuencia”.

Donehoo señaló que, sin embargo, las FARC todavía tienen entre 5.000 y 8.000 miembros armados en Colombia y que tienen “una cantidad de enlaces de inteligencia que penetran en diversas instituciones y lugares del país”. Hace cinco años se decía que las FARC tenían hasta 18.000 miembros.

Donehoo advirtió que las FARC siguen siendo una amenaza, que siguen reclutando nuevos miembros en los campus universitarios colombianos y buscando lugares donde cometer actos terroristas.

En los últimos meses, dijo, las fuerzas armadas de Colombia han desactivado más de 20 camiones cargados de bombas que tenían como objetivo instalaciones claves en Bogotá, la capital colombiana.

Las autoridades colombianas dijeron que un coche-bomba que se sospecha pertenecía a las FARC estalló el 1 de septiembre en la ciudad de Cali, causando la muerte de cuatro personas e hiriendo a otras 12, en uno de los ataques urbanos más letales en Colombia en este año. Las autoridades consideran que el ataque con bomba estaba ligado a la matanza o captura de varios comandantes de las FARC en los meses recientes.

Las FARC se establecieron en 1964, como una guerrilla que se autoproclamó comunista, con la tarea de derrocar al gobierno colombiano. El Departamento de Estado ha designado a las FARC como organización terrorista extranjera. (Ver "Muerte de jefe terrorista podría terminar disturbios civiles en Colombia" )

Las FARC, a pesar de no tener popularidad, siguen siendo una amenaza

Bruce Bagley, profesor de Estudios Internacionales en la Universidad de Miami, dijo que las FARC se han visto “gravemente reducidas en términos de la amenaza que representan” para el gobierno de Colombia pero “a pesar de ello siguen siendo una amenaza importante”.

“El Plan Colombia ayudó en la estabilización del sistema político y en la modernización de las fuerzas militares colombianas”, dijo, al añadir que el plan no ha reducido “la cantidad de hoja de coca que se cultiva en Colombia ni el tonelaje de la cocaína refinada que se exporta desde Colombia a Estados Unidos”.

In 2007, Bagley afirmó que en el año 2007 la cantidad total de hectáreas cultivadas con hoja de coca en Colombia aumentó un 27 por ciento. (Ver "Nuevo enfoque de ayuda de Estados Unidos a Colombia" )

Kevin Casas-Zamora, asociado principal en la Iniciativa para América Latina, del Instituto Brookings, con sede en Washington, dijo que el fin de las FARC posiblemente ayude a los esfuerzos de Colombia contra los narcóticos, pero que el problema de las drogas ilícitas en Colombia “no terminará con eso”.

Las FARC, afirmó, es apenas uno de los muchos grupos colombianos involucrados en el cultivo y el tráfico de la droga.

Casas-Zamora aseveró que las debilitadas FARC son apenas una “molestia militar”, pero que ello no significa que haya terminado su larga campaña para acabar con la democracia en Colombia. Citó el caso de Guatemala, donde las fuerzas guerrilleras en ese país estaban “casi completamente derrotadas en la década de 1980”, pero que a pesar de ello no fue sino recientemente, en 1996, que firmaron un acuerdo de paz con el gobierno.

Dijo que hace tiempo que las FARC “han perdido la batalla ante la opinión pública”. Se refirió a una encuesta de opinión pública que reveló la impopularidad de las FARC con cifras que eran “simplemente asombrosas”, con un margen de 86 a 1, lo que muestra la oposición del pueblo colombiano a las FARC.

Casas-Zamora declaró que dado que la vieja guardia de las FARC “ya ha muerto pacíficamente en cama o ha sido asesinada”, la generación fundadora de la organización casi ha desaparecido. “Eso es siempre un trauma en cualquier organización, particularmente cuando se está débil desde el punto de vista militar y sin apoyo público”.

Fuente:http://www.america.gov/st/democracy-spanish/2008/October/20081003092806EneerG0.7892725.html