En Europa, el Reino Unido ha actuado tradicionalmente como contrapeso a las acciones de Francia y Alemania sobre el continente. Su comportamiento, ya sea por sí sola o a petición de otros países europeos, ha sido usualmente más próximo a los ideales de los Estados Unidos, con quien mantiene una relación “especial”. De la misma manera, México se presenta como el Reino Unido americano, contrarrestando la creciente influencia de países como Brasil, cuya basta extensión y demografía desafía con tomar el control político y económico de la zona, o Venezuela, con un potencial petrolífero que puede darle el poder para orientar los acontecimientos hacia sus propios intereses. Además, México propone un modelo de integración económica más próximo al Norteamericano que al europeo, basado en el intercambio de bienes y servicios, que está llamando la atención de los países latinoamericanos menos poderosos para limitar la influencia de Brasil.
El autor se pregunta cómo sería Europa o América Latina sin Reino Unido y México, respectivamente. La respuesta es una Europa más alemanizada o afrancesada y un América Latina más brasileña o estadounidense. Sin embargo, para que México se presente como verdadero contrapeso latinoamericano hace falta que su política interna y economía le permitan aprovechar su potencial y su tamaño.
Aldo Flores Quiroga es Director General de Asuntos Internacionales de la Secretaría de Energía.
Fuente: ElUniversal.com.mx