El Comité para la Protección a Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) aseguró que en México, "a pesar de tener un nuevo Presidente, la libertad de prensa sigue viviendo un clima de peligro en México".
En su informe mundial sobre "Ataques a la prensa: periodismo bajo fuego cruzado en el 2013", esta organización civil señaló que durante 2013 en México fueron asesinados tres periodistas en circunstancias aún no esclarecidas en el sistema de justicia, por lo que situó a México en el séptimo lugar en el índice de impunidad a nivel internacional.
Aseveró que la prensa de la ciudad de México y su zona conurbada, que habitualmente era el refugio para los periodistas que huían de la violencia en sus respectivos estados y "donde los políticos viven explicando que no existen grupos del crimen organizado", sufre ahora los embates de éste.
Señaló, como ejemplo, que los crímenes cometidos por la delincuencia organizada en el municipio de Nezahualcóyotl como los homicidios, los secuestros y las extorsiones, no son cubiertos ni mencionados en la prensa local y nacional "porque están amenazados".
Al hacer el balance anual de 2013, el CPJ refirió que en ese año, además de los tres homicidios, un periodista fue desaparecido y tres se vieron obligados a huir de sus lugares de origen.
Indicó que dos investigaciones en torno a los ataques a periodistas fueron "malogrados". Uno de ellos, recordó, es el caso de la corresponsal de Proceso, Regina Martínez Pérez, pues las irregularidades cometidas en el proceso llevaron a la anulación de la sentencia contra uno de los presuntos responsables.
El segundo caso ocurrió en septiembre de 2013, cuando un juez desestimó las acusaciones contra uno de los pistoleros acusados de intentar asesinar en 1997 al entonces director del Semanario Zeta, Jesús Blancornelas.
Señaló que la federalización de los delitos contra la prensa entró en vigencia en esta nueva administración encabezada por Enrique Peña Nieto "pero la implementación es lenta".