Lejos de la simpatía confesa que existe entre los gobiernos de Venezuela e Irán, el respaldo del presidente Hugo Chávez a los comicios que reivindicaron el triunfo de Mahmoud Ahmadinejad busca mantener a flote el discurso "antiimperialista" contra Estados Unidos, que ha ido perdiendo fuerza, y así Chávez potencia la situación iraní como un reflejo de lo que la oposición y las potencias occidentales han buscado contra su gobierno: derrocarlo.
A Venezuela no le conviene pronunciarse a favor de las denuncias de la oposición iraní y menos descalificar la legitimidad de esa teocracia; hacerlo sentenciaría los estrechos vínculos que el primer mandatario ha logrado con ese país en cuatro años.
Los nexos entre Caracas y Teherán son circunstanciales, y como explica un estudio del experto en Irán Karim Sadjapour, los vínculos con Chávez "nacieron del sentimiento de inseguridad de los iraníes frente a EEUU, por lo que buscan preocuparlo" vinculándose, por ejemplo con Venezuela, como "forma de protegerse a sí mismos".
Y en vista de ese sentimiento de inseguridad de ambos países frente a EEUU, Sadjapour afirma que "Irán no es que se oponga inherentemente a Washington", sino que en ese mecanismo de defensa Ahmadinejad y Chávez se necesitan para demostrar a sus ciudadanos que no están aislados como se afirma.
El Centro de Investigaciones Económicas revela que desde 2005 hasta el pasado 4 de junio los gastos hacia Irán eran de $14.464 millones.
Fuente:http://www.eluniversal.com/2009/06/23/int_art_el-miedo-de--iran-av_1444631.shtml